Durante un viaje de trabajo en el que sus maletas se perdieron, Luisa Javier y Sandra Medina, dos estudiantes de doctorado en biotecnología, vivieron la amarga experiencia de no tener a su disposición una forma rápida y eficaz de lavar su ropa. Al regresar a su Universidad, al Water Desalination & Reuse Center en Arabia Saudita, se dieron a la tarea de crear un producto que lograra limpiar las prendas rápido, sin agua y sin químicos que deterioran el ambiente.
El resultado fue un producto de limpieza, Wayakit Limpiador Desinfectante, que, aunque de forma muy obvia encontraría mercado -e incluso hicieron algunos sondeos que lo confirmaron-, les entregó un plus justo antes de que iniciara la pandemia del Covid-19: era capaz de sanitizar al 99.9999 por ciento, por encima de cualquier otro producto de sanitización del mercado, telas, pisos y cualquier tipo de materiales ya que, además, no es agresivo ni los va desgastando.
Así nació el Grupo Wayakit, una combinación de vocablos con un significado que alude al reto, al emprendimiento y a la resiliencia. Y aquí empezó también una aventura que hoy ha alcanzado al sector aéreo, una industria que necesita con urgencia abatir tiempos de limpieza de las aeronaves y que, al mismo tiempo, debe sanitizar al máximo aviones y recintos de pasajeros al tiempo que sea amigable con el medio ambiente: un cóctel que era casi increíble de lograr.
Biodegradable y antiviral
Wayakit es un producto de limpieza y desinfección que no usa agua y no tiene químicos peligrosos, que permite la sanitización casi total de la superficie donde se aplica y que aunque no estaba planeado específicamente para ser utilizado en la industria aérea, encontró este nicho y actualmente es un artículo que tiene todas las cualidades necesarias para revolucionar al sector aeronáutico en todo el mundo.
El producto no solo es importante por sus cualidades de sostenibilidad, ya que utiliza ingredientes naturales como el ácido cítrico, el cual es totalmente biodegradable. Además no contribuye a la resistencia a los antimicrobianos y reduce eficazmente la concentración viral del SARS-Cov-2.
Este desinfectante está libre de compuestos sales cuaternarias de amonio (QAT) que son sustancias muy comunes en otros desinfectantes, de los cuales actualmente se tiene preocupación debido a sus impactos ambientales y por la posible afectaciones a la salud, como el asma y la dermatitis.
Algo que lo hace único, es que no sólo es eficaz contra bacterias sino también contra virus, lo cual está probado por el laboratorio de Procter & Gamble en Inglaterra, en donde encontraron que su eficacia es del 99.999%, por encima de cualquier otro producto similar en el mercado, es amigable con el medio ambiente y además actúa inmediatamente.
Añadido a este ya gran valor fundamental, el producto también representa una solución innovadora y altamente eficaz que ya está mejorando la productividad y calidad de higiene en los aviones; sobre todo, disminuye el tiempo que las aeronaves se mantienen en tierra, lo que permite ahorros significativos para la industria.
El inicio de un gran descubrimiento
Bajo una serie de extrañas coincidencias, una mexicana y una colombiana que estudiaban en Arabia Saudita lograron crear una innovadora serie de productos de biotecnología de limpieza, ahora bajo el nombre del Grupo Wayakit.
La ingeniera industrial mexicana Luisa Javier, CEO de la empresa, y la química ambiental colombiana Sandra Medina, trabajaban en el Centro de Desalación y Reutilización de Agua (WDRC) de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (KAUST) de Arabia Saudita. Durante un viaje para asistir a una conferencia en Ámsterdam (Países Bajos) coincidieron y ahí fue donde empezó la historia.
“Durante el viaje, la aerolínea perdió nuestro equipaje, y no teníamos ropa para usar en la conferencia; en ese momento, no sólo llegas cansada del viaje. Además, un niño le tiró el café a Luisa, y su ropa estaba sucia. Llegamos al hotel y el servicio de lavandería era carísimo, no sabíamos qué hacer con la ropa y ya era tarde como para comprar algo. Fue en ese momento cuando pensamos que debería haber algo que te eches encima como un spray que te limpiara y te sintieras fresca, que te limpie la ropa y que no tuvieras que andar con las benditas maletas para arriba y para abajo”, relata Sandra Medina.
La idea no quedó ahí, tras su regreso comenzaron a estudiar todo el ciclo del sudor; es decir, la grasa que hace que haya “comida para bacterias”, y lo que segregan son estas partículas volátiles, que es lo que olemos realmente.
El objetivo era crear un eliminador de manchas y olores que no usara productos tóxicos, pues la idea era utilizar el producto para eliminar las grasas y volver a ponerse la ropa.
Para 2018 ya contaban con un producto terminado, denominado Laundry Spray, con el cual podían lavar la ropa sin usar agua y sin productos tóxicos y con niveles muy altos de desinfección; el siguiente paso era sacarlo al mercado para su comercialización.
“Sin embargo, llega la pandemia y no se ve para dónde. Todo el plan de negocios para lanzar el Laundry Spray se comenzó a cerrar, pues el nicho principal estaba enfocado para que los viajeros lo utilizaran como alternativa para mantener su ropa limpia en el viaje y ya no había viajeros, había que reformular el plan”, refirió Medina.
Con la crisis sanitaria del COVID-19 también salieron muchos productos desinfectantes, y el Laundry Spray ya tenía una base muy fuerte, con más de un año en proceso para su salida: “Es decir, nosotros ya teníamos toda la investigación desde el doctorado, ya estábamos casi listas y ya solo nos dedicamos a desarrollar”, añadió.
Por coincidencias y sin haberlo planeado, las cualidades de este producto llegaron a oídos de Swissport, la empresa de handling (operación de servicios aeroportuarios), la cual inmediatamente se interesó por el desinfectante limpiador.
De esta manera, pidió todas las pruebas necesarias con las cuales se demostró que el producto funciona: “nosotras estábamos al mismo tiempo desarrollando en laboratorio, haciendo las pruebas y el marketing, del que actualmente es nuestro producto estrella”, explica Sandra.
El valor del tiempo en la industria aérea
Sandra Medina explicó que los desinfectantes o sanitizantes como Lysol actúan en un periodo de entre 5 y 10 minutos para su máximo efecto. En realidad, de inicio, se cometió el error de no respetar ese lapso de actuación de esos desinfectantes, por lo cual el virus se expandió. Por ello, aunque esos productos estaban a la mano durante la pandemia, el tiempo para desinfectar las cabinas de pasajeros se alargaba un poco.
“Nuestro desinfectante tiene la cualidad de que actúa en 30 segundos, en ese momento no sabíamos la importancia del tiempo en la aviación, y ahora se evita que las aeronaves estén detenidas por más tiempo. Uno podría pensar que 10 minutos no es mucho tiempo, pero para esta industria cada segundo cuenta”, precisa.
Ya con el cambio de plan y de estrategia, surge el Wayakit Biotec Disinfectant and Cleaner con el apoyo de la KAUST y de importantes asesores y mentores de emprendimiento de Arabia Saudita, que le fue presentado al CEO de Swissport en ese país, empresa que es la encargada de realizar la limpieza de la mayoría de las aeronaves que realizan los vuelos internacionales.
Además, muchos de los desinfectantes no son limpiadores o viceversa, por lo que en estricto sentido se tienen que usar dos productos diferentes; “con Wayakit en un mismo paso estás usando los dos, con el gran beneficio adicional del menor tiempo”, señala Luisa Javier.
“Y no sólo eso, tras la serie de pruebas nos dimos cuenta que podíamos ser muy competitivos en costos, en tiempo muy corto y con una muy alta eficiencia, pues logramos una desinfección de un 99.9999%, que no es sanitizar, es un nivel más allá. Claro, no llegamos a esterilización, que ya es lo que se usa en las salas de cirugía en un hospital, pero logramos una desinfección denominada intermedia”, la cual, sin embargo, está por encima de lo que se tiene en el mercado para este propósito.
En tanto, Sandra Medina asegura que ahora el enfoque es trabajar directamente con las aerolíneas, ya en el servicio como tal, para optimizar sus procesos bajo esta forma más eficiente de limpiar una aeronave.
“Nuestro producto es cero flamable, pero también nos hicieron pruebas al respecto sobre todo a largo plazo en telas, después de tanta muchas aplicaciones, lo que ahora nos permite garantizar su efectividad gracias a su validación científica; es decir, en la aviación nada puede quedar sin certificar y evaluar adecuadamente”, afirmó la ingeniera industrial mexicana.
Agregan que ya iniciaron pláticas con algunos aeropuertos para el uso de este producto en las terminales; al mismo tiempo se están preparando variaciones para otros usos en específico, ya se está volviendo un producto más valorado. “El mercado mundial de la industria de la aviación es lo suficientemente grande para seguirnos especializando en productos para ella”, dice.
Preparando lavado de fuselaje
Actualmente, los aviones se lavan como los automóviles: los enjabonas, le echas litros y litros de agua y se secan.
“No obstante, el agua trae, a veces, ciertos minerales, que cuando no secas un vehículo, lo dejas al sol, se quedan incrustados en la pintura. Para la aviación es muy riesgoso, porque quieras o no, después de ciertas capas, puedes empezar a cambiar la aerodinámica de la aeronave y usan más combustible”, afirma Luisa Javier.
Indica que actualmente cuentan con un producto para lavar el fuselaje, pero está en proceso de validación, “entre los beneficios que tiene este producto es que genera una película que protege a la pintura y que evita que el polvo se pegue muy rápido; claro, se ensucia, pero tarda más en que se le pegue la mugre, el polvo o la arena”, menciona.
Detalla que lo que hace el producto es que encapsula la mugre para que no se raye el fuselaje, que en este caso está adaptado en distintos sistemas de remoción, pero se deben utilizar productos como microfibras para su aplicación. Además, se mantiene el beneficio de no usar agua.
“Aunque aún no tenemos el dato de cuántos litros de agua se gastan para lavar un avión sabemos el tiempo utilizado que ronda las cinco horas, con ocho o diez personas; de ese tiempo se puede llevar hasta una hora enjugando con una manguera, el impacto del uso del agua es brutal”, añadió.
Por su parte, la química colombiana añade que en la aviación un cambio pequeño tiene un impacto potencial grandísimo, por ello el ahorro de agua será crucial para la sostenibilidad y para sus clientes.
Además, retomando el tema de las sales cuaternarias de amonio, que en grandes concentraciones tienen repercusiones en el sistema endocrino y en el sistema reproductivo, también son causantes de asma, “por ello, las personas de limpieza, gente que está todo el tiempo en contacto y oliendo estos químicos puede verse afectada, además de que estas QAC son casi cero biodegradables”.
Cumplir estándares de la industria
Medina agrega que actualmente el Grupo está cumpliendo con los estándares que piden las armadoras Boeing y Airbus, sobre todo para la limpieza de interiores, “son estándares muy particulares, pero hasta el momento hemos comprobado que no se daña ningún material plástico, cuero, vidrio, ni acrílico. No causa ningún problema, ni corrosión”, añade.
Explica que respecto a la parte de las pruebas antivirales, el estándar e diferente según el país: “la parte de desinfección de gérmenes depende cada país, cuando estás en México es la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), con estándares más nacionales. Pero en Arabia Saudita son otros, en Estados Unidos son otros, depende de cada país, y vamos pasando cada certificado”.
Señala que hay pruebas de todo tipo de compatibilidad de materiales, de flamabilidad, de gérmenes, ambientales, de biodegradabilidad; “incluso hicimos tres pruebas de sensibilidad de la piel, garantizando que no causamos ninguna sensibilidad, todas estas certificaciones nos las pide directamente la aviación”, explica.
Por su parte, Luisa añade que han pasado todas las pruebas debido a su origen natural, “usamos productos naturales modificados, como los limones que desde siempre hemos sabido que son un desinfectante natural, pero de baja eficacia, es decir se toma tiempo entre 15 y 20 minutos, lo va a desinfectar y a un gran nivel, pero toma tiempo.
“Lo que hacemos es encapsular ese ácido cítrico para que cuando lo uses, actúe muy rápidamente y esto estamos haciendo con las distintas cosas y tecnologías, seleccionando ingredientes no tóxicos y logrando potencializar estos ingredientes”, señala.
De esta manera, la CEO de Wayakit asegura que el éxito de sus productos de limpieza y desinfección combina tres aspectos primordiales: eficacia, sustentabilidad y un costo accesible.
“Eso fue lo que nosotros siempre estuvimos buscando, alinear la sustentabilidad con el costo y la eficacia. Para el sector de la aviación ahora hemos añadido el menor tiempo, eliminamos el uso de ingredientes tóxicos y un importante ahorro de agua, con la garantía de que son productos 100% biodegradables”, concluyó.
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