Por Shaula Loaiza
Tres cuartas partes de las operaciones de Aeroflot dependen del mercado europeo, al que actualmente tiene restringido sobrevolar por orden de la Unión Europea, esto significa que la aerolínea más importante de Rusia estaría perdiendo 82 millones de dólares.
En marzo del 2019, los ingresos internacionales totales de la compañía rusa rondaron los 385 millones de dólares, de los cuales el 64 % se generó dentro del país. Tan solo en marzo la aerolínea estatal tenía previstos 5 mil 500 vuelos en aquel continente.
Antes del COVID-19, Rusia era el undécimo mercado más grande de servicios de transporte aéreo en términos de número de pasajeros, incluido su gran mercado nacional. Ucrania ocupaba el puesto 48.
“La pérdida de acceso a economías fuertes de países como Alemania, Italia y Finlandia perjudica gravemente a Aeroflot”, afirmó John Grant, analista de la consultora OAG.
Como respuesta ante las medidas restrictivas por parte de la Unión Europea, Vladimir Putin prohibió a 36 países sobrevolar el espacio aéreo ruso, lo que complicará las operaciones de los operadores europeos a Asia, así lo comentó Eliseo Llamazares, miembro del Grupo Global de Aviación y Turismo en KPMG y responsable de Aviación y Turismo para Latinoamérica.
Durante los últimos meses, la recuperación en el tráfico de pasajeros en Europa ha sido más lenta a diferencia de otras regiones, sin embargo, de manera global las aerolíneas enfrentarán el alza en el precio del combustible derivado del conflicto armado.
“En el verano pasado, que es cuando se mueve entre el 50 y 60 % del tráfico aéreo europeo, todavía el impacto negativo fue relevante, entonces con este conflicto más el aumento del combustible, se suman inconvenientes para la recuperación, además que existía un tráfico de pasajeros significativo entre Rusia y Europa en cuanto a turismo”, señaló Llamazares.
Para el experto en aviación, una estrategia a largo plazo, para el caso de los altos precios de la turbosina podría ser el uso de los biocombustibles (SAF por sus siglas en inglés). “Si antes existía un compromiso para su utilización, ahora existe una necesidad”, sin embargo, explicó que no es fácil producir SAF y también se requiere infraestructura adecuada, aun así, esta situación podía acelerar su uso.
De acuerdo con las previsiones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), se espera que el número total de pasajeros hacia/desde/dentro de Europa alcance el 86% de los niveles de 2019 en 2022, antes de recuperarse por completo en 2024.
Para la IATA, el impacto en los costos operativos de las aerolíneas, como resultado de los precios del combustible o los cambios de ruta para evitar el espacio aéreo ruso, podrían afectar la confianza del consumidor y por lo tanto, la actividad económica, incluso fuera de Europa del Este.
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