Norwegian Air está preparando una nueva estrategia de supervivencia y recuperación por varios meses, esto debido a la crisis sanitaria propiciada por el COVID-19, así como por las deudas que acarreaba previamente.
La aerolínea busca ahorrar efectivo y para lograrlo, tendrá un tamaño de flota de entre 110 y 120 aviones, una reducción de casi el 30% del total, aunque aún no se sabe la composición de ella.
Asimismo el plan consiste en mantener a la aerolínea en un estado de “hibernación” durante el resto de 2020, con algunas rutas domésticas. En 2021, Norwegian intensificaría sus operaciones. No obstante el rendimiento adquirirá una “normalidad” hasta el 2022.
“El dimensionamiento correcto, el enfoque en rutas rentables y el impacto de COVID-19 afectarán el recuento de la flota”, señaló el informe del transportista.
Por otro lado, Norwegian pretende que sus ingresos complementarios produzcan mayor rentabilidad y sirvan como amortiguador de pérdidas. Esto se reflejará en nuevos productos o promociones para servicios adicionales más allá del costo de la tarifa.
La aerolínea necesita al menos 500 millones de dólares en capital. Recientemente, cuatro filiales se declararon en quiebra lo que debilita al transportista.
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