El espacio también tiene clima, y puede tener efectos directos en la Tierra. La meteorología espacial estudia las condiciones generadas por la actividad del Sol, como el viento solar, las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal. Estos fenómenos liberan partículas y energía magnética que pueden interferir con los satélites, las redes eléctricas, los sistemas de comunicación y representar riesgos para los astronautas.
Con el objetivo de mejorar la previsión y mitigación de estos eventos, la Agencia Espacial Europea (ESA) trabaja en la misión Vigil, el primer satélite dedicado a la vigilancia de la meteorología espacial.
Vigil está siendo diseñado y construido por Airbus Defence and Space en Stevenage, Reino Unido. Cuando se lance estará ubicado en el punto de Lagrange L5, una posición estratégica 60 grados por detrás de la Tierra respecto al Sol.
Esta ubicación permitirá observar las regiones activas del Sol antes de que roten hacia la vista directa de la Tierra, proporcionando alertas tempranas ante fenómenos que puedan afectar a las infraestructuras críticas.
Hasta ahora, las observaciones se realizan principalmente desde satélites ubicados en la Tierra o en el punto L1, lo que limita el tiempo de reacción ante un evento solar. El proyecto busca fortalecer la capacidad europea de respuesta ante tormentas solares.
“Nuestro trabajo en la Oficina de Meteorología Espacial es desarrollar, probar y demostrar las capacidades europeas para vigilar las condiciones meteorológicas espaciales y predecir cuándo es probable que un evento importante impacte en la Tierra, dando tiempo suficiente para reaccionar y prepararse”, explicó Alexi Glover, coordinadora del Servicio de Meteorología Espacial de la ESA.
Las consecuencias de una tormenta geomagnética severa pueden ser amplias. Un evento como el de Carrington en 1859, que provocó auroras hasta el Caribe y fallas en los sistemas telegráficos, podría generar interrupciones en redes eléctricas, afectar servicios de navegación y comunicación, y poner en riesgo misiones espaciales. Un análisis de la aseguradora Lloyd’s estimó que un evento solar extremo podría causar pérdidas globales por 2.4 billones de dólares en cinco años.
Con el lanzamiento de Vigil, la ESA pretende mejorar la detección temprana de tormentas solares y reducir su impacto en la vida cotidiana. Al combinar datos de esta nueva misión con los de satélites terrestres, se obtendrá un panorama más completo de la actividad solar.
Esta información será clave para emitir alertas más precisas a los sectores que dependen de la tecnología espacial, incluidas las industrias, los gobiernos y las operaciones en el espacio.