Un estudio dirigido por investigadores de la NASA proporciona nuevas estimaciones sobre la cantidad de agua que fluye a través de los ríos de la Tierra, las velocidades a las que fluye hacia el océano y cuánto han fluctuado ambas cifras a lo largo del tiempo.
La agencia espacial determinó que esta es información crucial para comprender el ciclo del agua del planeta y gestionar sus reservas.
Los resultados también destacan regiones agotadas por el uso intensivo de agua, incluida las cuencas del río Colorado en Estados Unidos, del Amazonas en América del Sur y la del río Orange en el sur de África.
Para el estudio, que se publicó recientemente en Nature Geoscience, investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California utilizaron una metodología novedosa que combina mediciones de caudal con modelos informáticos de alrededor de 3 millones de segmentos de ríos en todo el mundo.
Los científicos estiman que el volumen total de agua en los ríos de la Tierra en promedio entre 1980 y 2009 fue de 539 millas cúbicas (2,246 kilómetros cúbicos).
Eso equivale a la mitad del agua del lago Michigan y aproximadamente el 0,006% de toda el agua dulce, que a su vez representa 2.5% del volumen global.
A pesar de su pequeña proporción de toda el agua del planeta, los ríos han sido vitales para los humanos desde las primeras civilizaciones.
Cedric David, autor del estudio, además comparó la situación con gastar desde una cuenta corriente sin conocer el saldo.
“Hay muchas cosas que podemos hacer para gestionar cómo la utilizamos y asegurarnos de que haya suficiente agua para todos, pero la primera pregunta es: ¿Cuánta agua hay? Eso es fundamental para todo lo demás”, añadió.
El estudio identificó la cuenca del Amazonas como la región con mayor almacenamiento fluvial, con aproximadamente 204 millas cúbicas (850 kilómetros cúbicos) de agua, aproximadamente el 38% de la estimación global.
La misma cuenca también vierte la mayor cantidad de agua al océano: 1,629 millas cúbicas (6,789 kilómetros cúbicos) por año.
Eso representa el 18% de la descarga global al océano, que promedió 8,975 millas cúbicas (37,411 kilómetros cúbicos) por año entre 1980 y 2009.
Aunque no es posible que un río tenga una descarga negativa (el enfoque del estudio no permite el flujo aguas arriba), por motivos de contabilidad, es posible que de algunos segmentos del río salga menos agua de la que entró.
"Estos son lugares donde estamos viendo huellas dactilares de la gestión del agua", dijo la autora principal Elyssa Collins, quien realizó el análisis como pasante del JPL y estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Raleigh.
Una nueva forma de cuantificar los ríos
Durante décadas, la mayoría de las estimaciones del agua total de los ríos de la Tierra fueron refinamientos de una cifra de las Naciones Unidas de 1974, y ningún estudio ha ilustrado cómo la cantidad ha variado con el tiempo.
“Ha sido difícil conseguir mejores estimaciones”, dijo David, debido a la falta de observaciones de los ríos del mundo, particularmente aquellos que están lejos de las poblaciones humanas.
Otro problema ha sido que hay muchos más medidores de caudal que monitorean los niveles y el flujo de los ríos grandes que los de los pequeños. También existe una gran incertidumbre en las estimaciones de la escorrentía terrestre: el agua de lluvia y el deshielo que desembocan en los ríos.
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