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24/04/2024

Entre el desarrollo y la visión prospectiva

José Medina Go… / Domingo, 17 Marzo 2019 - 22:02

A raíz del Aviation Summit México 2019, este pasado 28 de febrero, se volvió a avivar la llama de una importante discusión en el sector aeronáutico nacional en torno a la urgente premisa de innovar y promover la gestión estratégica nacional en materia aeroespacial. No quedaba más, ya que ésta es la tendencia de desarrollo global, y México como la quinceava economía mundial no puede quedarse demasiado atrás si busca mantenerse dentro de las veinte potencias con mayor Producto Interno Bruto en el mundo ($1.15 trillones de dólares) . Sin embargo, si tomamos en cuenta las estadísticas y prospectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI) nuestros esfuerzos más urgentes deben enfocarse en buscar, promover y consolidar las oportunidades de desarrollo en el porvenir, al reconocer que estamos en este ranking después de España ($1.31 trillones) y antes que Indonesia ($1.01 trillones).

Esto no debería ser sorprendente, ni debemos alarmarnos en sobremanera. Pero si nos debe llamar la atención y hablarnos de los esfuerzos que otras naciones en el mundo -en este caso de Asia-Pacífico- están emprendiendo en una incansable competencia por los mercados internacionales. Reconociendo simultáneamente que el sector aeronáutico y aeroespacial constituyen uno de los entornos más dinámicos y con mayor capacidad prospectiva de desarrollo en el ámbito global, es fácil encontrar la correlación entre la decisión, la determinación y la inversión de los Estados contemporáneos en el sector aeroespacial y sus potencialidades de crecimiento y desarrollo.

Esta innegable conclusión no es nueva, ni sus implicaciones sorpresivas; este planteamiento se ha repetido por nacionales y extranjeros en nuestro país por más de una década. Sin embargo es la coyuntura nacional del 2019 donde este planteamiento debe ser retomado y proyectado. Pese a las aparentes “limitaciones conceptuales” de algunas autoridades federales en estos temas, el sector privado no se limita por ello y sigue adelante, sentando un claro y firme ejemplo prospectivo. Los complejos aeroespaciales de Querétaro, Chihuahua y Nuevo León siguen en un proceso de crecimiento, y aunque en ocasiones parece que se encuentran en desaceleración, al ver su comportamiento cuantitativa y cualitativamente en el largo plazo no se presentan indicios que señalen que su proyección se revierta en el futuro próximo.

Retomando el ya reiterado ejemplo de la “Triple Hélice” del desarrollo aeroespacial –integrado por la Academia, la Industria y el Gobierno- estos tres componentes en México han realizado un importante esfuerzo de gestión e inversión para ampliar las capacidades nacionales en la materia. Es así que como esperamos que en breve se inaugure en Baja California el Centro Nacional de Diseño y Emprendimiento Aeroespacial. Este proyecto entre la Universidad Tecnológica de Tijuana, la Secretaría de Desarrollo Económico Estatal, la Cámara de Comercio Franco Mexicana, el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial y la Confederación de Cámaras Industriales nos muestra claramente que la tendencia global se encuentra clara y evidentemente reconocida, y que en consecuencia se plantea un esfuerzo conjunto para ampliar el desarrollo aeroespacial de México como motor a la proyección transnacional de nuestro país.

Por supuesto sería maravilloso y alentador ver a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a la Secretaría de Economía y al resto del Gobierno Federal apoyando, respaldando y fomentando la inversión en este proyecto. El camino está claramente definido, y la ruta crítica no puede ser más clara. La voluntad del sector académico y empresarial es notoria e innegable, y a nivel regional el estímulo es claro y definido. Es entonces momento de llamar al apoyo federal, integral y estratégico a estas iniciativas, y a reconocer nuevamente que debemos invertir en proyectos importantes y no sólo urgentes, mediáticamente llamativos o que aboguen por la aceptación popular de corto plazo.

El desarrollo aeroespacial es un maratón, no una carrera corta; es un esfuerzo estratégico que debe guiar las labores en el mediano y corto plazo; y que deben llevarnos a promover la ampliación de las expectativas y potencialidades de nuestro país. Es prudente recordar que este sector debe tener un énfasis “nacionalista” -es decir, con miras a promover un desarrollo nacional integral y multidimensional- pero una visión “transnacional” y “global”. En otras palabras, no debemos cerrarnos a la promoción integral del sector con otros países y regiones, ni veamos esto en términos obtusos, miopes ni astigmáticos. Identifiquemos en la promoción de estos proyectos el futuro de nuestro país, y nuevamente recordemos en tomar una “visión de altura”, o resignémonos a una “entrada en pérdida”. En otras palabras: o volamos y subimos o nos desplomamos. La elección es nuestra.

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