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27/04/2024

Impulsa Airbus mitigación de desechos espaciales

Redacción A21 / Jueves, 19 Octubre 2023 - 01:00
Prevé que al cierre de 2023 habrá más de 30,000 objetos rastreables en la órbita terrestre baja a altitudes inferiores a 2,000 km

Desde que el satélite meteorológico Aeolus, desarrollado por Airbus y operado por la Agencia Espacial Europea (ESA), se despidiera de la Tierra al volver a entrar en la atmósfera y consumirse el pasado 28 de julio, fue reconocido por su revolucionario monitoreo de las condiciones del viento a nivel global, y contribuyó significativamente a la mejora de pronósticos meteorológicos y modelos climáticos en los últimos cinco años, será recordado por su innovador proceso de reentrada asistida.

La concepción de esta idea se originó en 2021 entre los equipos de Airbus responsables de las operaciones de Aeolus. La tarea de definir y llevar a cabo un procedimiento de reentrada nunca antes experimentado fue un desafío considerable, pero la ESA lo aceptó y lo implementó.

Para pasar de una reentrada no controlada a una asistida, el equipo de Airbus tuvo que lidiar con múltiples restricciones relacionadas con el diseño y la misión del satélite.

Desde hace años, el Comité Interinstitucional de Coordinación en materia de Desechos Espaciales (IADC) promovió el diseño de naves espaciales lo más desarmables posible, con el objetivo de reducir la cantidad de fragmentos que puedan causar daños en la Tierra. 

Sin embargo, dado que el diseño de Aeolus se estableció antes de la implementación de esta normativa, no fue factible minimizar el número ni el tamaño de los fragmentos restantes que podrían representar un riesgo, ya que el satélite ya estaba en órbita.

Originalmente concebido a principios de la década de 2000 con un plan de reentrada de bajo riesgo pero no controlado, Aeolus habría caído de manera natural en la Tierra en pocos meses, sin embargo, esto habría ocurrido sin control alguno sobre su punto de impacto.

La estrategia inicial contemplaba una reentrada controlada para limitar la huella de los escombros, pero los propulsores no eran suficientes para dirigir la reentrada hacia la zona deshabitada del Océano Pacífico Sur (SPOUA), designada por la ONU para el amerizaje de sistemas espaciales desorbitados.

Ante este desafío, fue necesario buscar una alternativa que aprovechara al máximo las capacidades del satélite. La órbita polar de Aeolus permitía apuntar hacia áreas con baja densidad de población. Se eligió específicamente un corredor en el Océano Atlántico para asegurar una entrada segura en la atmósfera.

Para llevar a cabo esta gestión eficaz del retorno de Aeolus a la Tierra, los equipos de Airbus en el Reino Unido y Toulouse emplearon conocimientos especializados en ingeniería. Se realizaron cálculos de la trayectoria orbital de la nave a baja altitud y en una atmósfera densa. También se tuvo en cuenta la actividad solar, que influye en la resistencia atmosférica y, por ende, en la altitud y la fecha de reentrada.

La planificación anticipada fue esencial en este proceso, que requirió casi dos años de preparación. 

Definir una nueva área de reentrada y operar el satélite fuera de su dominio de vuelo original representó un reto importante que demandó una cuidadosa preparación.

De acuerdo con el Informe sobre el Entorno Espacial de la ESA, se espera que en 2023 haya más de 30,000 objetos rastreables en la órbita terrestre baja (LEO) a altitudes inferiores a 2,000 km. Para mitigar la acumulación de desechos espaciales, es fundamental retirar las naves espaciales de sus órbitas al final de su vida útil.

El éxito de la reentrada de Aeolus destaca no solo la capacidad técnica de los ingenieros de Airbus, sino también la importancia de la innovación para abordar el problema de los desechos espaciales. En junio de 2023, Airbus reafirmó su compromiso con la ESA al adherirse a la Carta Zero Debris, un paso más hacia el liderazgo mundial en la mitigación y remediación de los desechos espaciales.

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