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01/05/2024

Enfermedades oculares en pilotos como consecuencia de una diabetes mellitus descompensada

José Luis Merino / Martes, 29 Noviembre 2022 - 20:46

La diabetes mellitus es una condición médica caracterizada por la discapacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa, como consecuencia de una disminución en la producción de insulina en el páncreas, o por incapacidad en los tejidos periféricos para el uso de la insulina. Por lo general, se consideran normales los niveles sanguíneos de glucosa entre 80 y 99mg/dl; sin embargo, en algunos casos, los niveles mayores a 200mg/dl, de manera sostenida, así como los llamados “picos y caídas” en la concentración sanguínea, pueden generar alteraciones oculares que ameriten tratamiento oportuno.

Los niveles altos de glucosa en sangre pueden generar daño en las arterias y venas de la retina, generando la aparición, en algunos casos, de sangrados internos que amenazan la visión.

Cuando la circulación sanguínea en la retina se ve comprometida, hay baja de oxigenación en la misma con la aparición de hemorragias internas y el escape de material lípido (grasas) de los vasos a capas internas de la retina (capa más interna del ojo encargada de procesar las imágenes), se presenta la enfermedad conocida como retinopatía diabética. La principal causa de baja visual, en estos casos, es el llamado edema macular  diabético, el cual es responsable de baja visual central con distorsión en la percepción de los detalles finos, como la observación de instrumentos de vuelo, así como cartas de navegación, cambios en la percepción de los colores, así como errores de cálculo durante las operaciones de aterrizaje, al llegar a los mínimos en que es imperativo tener una pista de aterrizaje a la vista para, con ello, tomar la decisión de aterrizar o efectuar una ida al aire.

El tratamiento de la retinopatía diabética debe ser oportuno para, con ello, evitar la pérdida permanente de la visión.

Hoy en día, el mejor tratamiento para el manejo de la retinopatía diabética es la aplicación de rayo láser en diferentes longitudes de onda, el cual se aplica en unos cuantos minutos, en un consultorio (sin necesidad de pasar a quirófano), de manera totalmente segura, sin ningún tipo de dolor o incomodidad, evitando la progresión del padecimiento.

Otra alteración ocular derivada de niveles altos de glucosa sanguínea, es la aparición de cataratas, siendo estas opacidades progresivas en la lente natural del ojo humano conocido como cristalino, cuya sintomatología inicial es el exceso de fotosensibilidad (molestia a la luz), incapacidad para leer en territorio de visión cercana, aún utilizando lentes correctores para vista cansada (presbicia) y mala visión nocturna, lo cual, en el caso de los pilotos, puede representar un verdadero problema en vuelos nocturnos, o bien en condiciones de baja visibilidad o penumbra. La opacidad en el cristalino tiende a ser progresiva y, en caso de no atenderse, la pérdida visual puede ser grave, al grado de impedir operar una aeronave de manera segura. El tratamiento de la catarata, en la actualidad, es mediante cirugía en quirófano, bajo control microscópico, con anestesia, local retirando la opacidad del cristalino mediante la acción de una sonda ultrasónica, asistida con el implante de un lente intraocular de una manera completamente segura, en tan sólo treinta minutos, con lo cual el piloto aviador recupera su visión al cien por ciento en tan sólo veinticuatro horas, quedando listo para retomar sus actividades de vuelo en una semana.

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