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27/04/2024

Construir una industria espacial relevante en la era New Space

Fermín Romero / Jueves, 22 Junio 2023 - 20:17

Como lo expuse a grandes rasgos en la primera columna de este año: “2023 y el sector espacial en México, desafíos y oportunidades” y la del 11 de mayo “Desafíos legales y oportunidades en la industria espacial comercial (New Space)”, construir una industria espacial relevante en la era del New Space, requiere de un planteamiento estratégico, que comprenda diversos aspectos como son la tecnología, la infraestructura, la regulación, las alianzas estratégicas y la innovación, con el compromiso y concurso activo de gobierno, industria, academia y sociedad civil organizada. En esta oportunidad, profundizaré en algunos aspectos clave a considerar en el caso de México.

La era New Space se caracteriza por rápidos avances tecnológicos, que incluyen fenómenos (hitos) como la democratización del acceso al espacio (satélites miniaturizados), cohetes reutilizables y sistemas de propulsión mejorados. Adoptar e involucrarse en estas tecnologías e invertir en investigación y desarrollo será crucial para construir una industria espacial relevante, que a la postre derivará en un ecosistema espacial local y regional. El estímulo a la innovación y fomentar la colaboración permanente entre los sectores público, privado, academia y sociedad civil organizada en el ámbito espacial, puede -sin duda- acelerar el progreso tecnológico.

Es fundamental desarrollar una sólida infraestructura espacial. Esto incluye la construcción de instalaciones de lanzamiento, satélites de observación de la tierra, estaciones terrenas y sistemas de seguimiento que procesen la información recibida de los satélites en órbita, así como estaciones espaciales análogas, entre otras facilidades. El gobierno de México -en sus tres niveles- y las empresas privadas, deben colaborar para desarrollar una red completa de infraestructuras, instituciones y centros de investigación que apoyen las diversas actividades espaciales. La inversión en puertos espaciales y plataformas de lanzamiento puede facilitar un acceso más frecuente y asequible al espacio. Existen ya algunos proyectos y propuestas privadas que, confiemos, se consoliden en el mediano plazo.

Desarrollar un marco regulatorio claro y adaptable es vital para el despegue de la industria espacial en nuestro país. La reforma constitucional en materia espacial es el primer paso y, una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), los diversos promoventes (entre ellos la FAU) impulsaremos la formulación de una Ley Nacional de Desarrollo Espacial (LNDE), que dé certeza jurídica tanto a inversionistas nacionales como extranjeros y norme todas las actividades de México en el espacio, orientadas hacia la construcción de un ecosistema espacial nacional robusto, basado en el uso pacífico del espacio, colaboración internacional y con una conducta responsable, que vele por la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio.

El gobierno de México -en administraciones subsecuentes-, debe establecer las directrices y condiciones para que se desarrolle un Sistema Nacional de Innovación Espacial (SNIE), que fomente la innovación y la activa participación del sector privado en la construcción del ecosistema espacial, garantizando al mismo tiempo temas como la seguridad y una práctica espaciales responsable y transparente. La agilización de los procesos de concesión de licencias y la creación de condiciones empresariales favorables pueden atraer inversiones y apoyar el crecimiento de la industria espacial nacional.

Un aspecto relevante que el gobierno de México no debe dejar de lado -por más tiempo-, es la naturaleza de seguridad y defensa en la actividad espacial, en un futuro próximo la AEM debe cubrir -conjuntamente con las fuerzas armadas- el papel de garante del interés y seguridad nacional desde el espacio y articular las facetas civil y militar en forma adecuada.

La colaboración entre instituciones gubernamentales, empresas privadas e instituciones académicas (fomentar las asociaciones público-privadas, APP) puede optimizar los recursos, la experiencia y el financiamiento para acelerar el crecimiento de la industria espacial. El compromiso y apoyo decidido del gobierno (ejecutivo y legislativo) será crucial para destinar en los Presupuestos de Egresos de la Federación (PEF) al menos el 1% del PIB al desarrollo científico-tecnológico, como lo recomiendan organismos internacionales especializados como la UNESCO. Las APPs pueden facilitar la transferencia de conocimientos, compartir riesgos y promover la colaboración en los esfuerzos de investigación y desarrollo. El gobierno federal debe ofrecer incentivos y mecanismos de financiamiento atractivos, eficientes y transparentes para fomentar estas asociaciones.

En las actividades espaciales, la colaboración internacional entre varios países es fundamental para llevar a cabo relevantes programas y proyectos espaciales; la participación de México en el Programa Artemis de la NASA impulsará indirectamente el desarrollo espacial nacional. La promoción de iniciativas de colaboración, como las misiones conjuntas y las agencias espaciales internacionales (NASA, ESA, CSA, JAXA, CNES, ISA, ISRO, ALCE, entre otras) pueden fomentar la cooperación, el intercambio de conocimientos, mejores prácticas internacionales y la distribución de costos. La cooperación internacional también ayuda a establecer normas y protocolos comunes, que mejoran la interoperabilidad de sistemas espaciales y la seguridad.

La era del New Space ha sido testigo de un gran incremento de nuevas Startups -empresas espaciales- e iniciativas empresariales en el sector espacial. El gobierno federal debe apoyar el emprendimiento en este sector estratégico proporcionando acceso al financiamiento, programas de tutoría y orientación regulatoria, apoyado en programas públicos que fomenten el espíritu emprendedor en los estudiantes, con carreras relacionadas con la actividad espacial, así como en empresarios e inversores interesados en este creciente sector estratégico. El Congreso Nacional de la FAU busca, precisamente, identificar proyectos espaciales con potencial de desarrollo, en conjunto con entidades como la AEM, ALCE, FAMEX, Cámara de Diputados, FEMIA, FUMEC, COMEA y CRECTEALC. Las incubadoras y aceleradoras enfocadas en el sector espacial -incluida la AEM y la FAU- pueden apoyar, nutrir y guiar a las nuevas empresas, permitiéndoles contribuir al crecimiento del ecosistema espacial, desde segmentos de valor agregado en la cadena de proveeduría de la naciente industria espacial.

Las aplicaciones comerciales de las tecnologías espaciales -más allá de las misiones espaciales tradicionales- pueden crear nuevas fuentes de ingresos e impulsar el crecimiento económico. Por lo que fomentar la comercialización de productos, servicios y tecnologías espaciales, como el software de simulación que requiere la industria para validar tecnologías espaciales, -sin duda- abona al desarrollo de servicios basados en el espacio, como las comunicaciones vía satélite, la observación de la Tierra y los sistemas de navegación (Asia es un buen ejemplo de lo que pueden desarrollarse con talento juvenil, investigación y desarrollo), que puede atraer inversiones privadas y estimular la expansión de la industria espacial.

A medida que aumenten las actividades espaciales, resulta crucial y relevante dar prioridad a la sostenibilidad y a las prácticas espaciales responsables. México debe asumir en los foros multilaterales concernidos, posicionamientos internacionales firmes que permitan ejercer un liderazgo regional y global en el sector e impulsar iniciativas tendientes a mitigar y reducir los desechos espaciales a través de la eliminación de los desechos en órbita, regulación efectiva en materia de gestión del tráfico espacial y el diseño adecuado de satélites, que cumplan con las normativas y directrices internacionales de reducción de los desechos espaciales y contribuir al  desarrollo de tecnologías para la eliminación de desechos, esenciales para la viabilidad a largo plazo de la industria y la exploración espacial.

Construir una industria espacial relevante -tanto a nivel nacional como regional y global- requiere de la construcción de capacidades nacionales, que incluyen la formación de capital humano especializado y altamente calificado. La inversión en educación en este sector es responsabilidad del gobierno federal, las instituciones educativas y la industria debe colaborar para desarrollar programas educativos, iniciativas de formación y oportunidades de investigación que doten a estudiantes, investigadores y expertos de las habilidades necesarias para las carreras relacionadas con el espacio. Esto incluye sendos programas de educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), programas de educación de alto nivel basados en proyectos, así como programas interdisciplinarios centrados en la ciencia y la tecnología espacial.

El gobierno federal y los actores relevantes de la industria espacial deben -en la medida de sus intereses y posibilidades- invertir en programas de investigación en ciencia y tecnología espacial. El compromiso público puede fomentar el apoyo a la exploración espacial, atraer talento a la industria y alentar a los responsables políticos a dar prioridad a las iniciativas relacionadas con el espacio.

Además de lo anterior, es fundamental fomentar y promover el compromiso, apoyo y concientización de la opinión pública sobre la industria espacial. En este ámbito, tanto la FAU, que tengo el honor de presidir, como el podcast Café Espacial Series, que dirijo y conduzco, el Punto Nacional de Contacto (PNC) México de la RELACA Espacio, que dirijo, y esta columna semanal de un servidor en el portal Aviación 21, especializado en temas aeroespaciales, intentan contribuir construyendo comunidad espacial y divulgando ciencia y tecnología espacial de primer nivel. La divulgación científica pública, comunicación científica e iniciativas educativas de la FAU y su ecosistema espacial (integrado por más de 60 instituciones del sector) busca involucrar al público en general e inspirar a las próximas generaciones de profesionales y entusiastas del espacio.

En suma, construir un ecosistema espacial a nivel nacional para hacer de México un actor espacial relevante a nivel global en la era New Space, requiere un enfoque multifacético que comprenda la tecnología, la infraestructura espacial, la regulación, asociaciones público-privadas, innovación, sostenibilidad, educación (formación de capital humano especializado) y el compromiso de la sociedad mexicana. Al concentrar los esfuerzos comunes en estos aspectos y hacia una dirección específica: el desarrollo espacial de México, el gobierno federal, las empresas privadas, la academia y la sociedad civil organizada pueden fomentar una industria espacial relevante.

 

“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”

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