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30/04/2024

Reconoce Artemis Aerospace importancia de los controladores aéreos

Redacción A21 / Miércoles, 11 Octubre 2023 - 01:00
Es uno de los trabajos más responsables en la aviación, ya que la seguridad de los pasajeros depende de cada decisión tomada

Si descargaste una aplicación de radar de vuelos, es posible que te hayas sorprendido por la cantidad de aviones que atraviesan en los diversos países. En específico, cuando te aproximas a aeropuertos como Heathrow o el JFK, todo lo que ves es una enorme cantidad de aviones diminutos que parecen encimarse para entrar o salir de la pista. 

A primera vista, puede parecer un caos total, pero en realidad, cada avión sigue una trayectoria de vuelo precisamente calculada. Es la labor de los controladores aéreos lo que asegura que estos vuelos transcurran sin contratiempos y que los aterrizajes sean seguros, afirmó Artemis Aerospace.

Indicó que el control del tráfico aéreo tiene como objetivo principal mover las aeronaves con seguridad y eficiencia a través del espacio aéreo, mantener una comunicación constante con los pilotos y asegurarse de que se sigan estrictamente los protocolos de aviación. 

En el Reino Unido, diariamente cruzan los cielos unos 7,000 aviones, y los servicios de control aéreo gestionan alrededor de 2.5 millones de vuelos y atienden a 250 millones de pasajeros al año, incluyendo vuelos comerciales, de ocio, de carga y militares.

Podría decirse que este es uno de los trabajos más responsables, ya que la seguridad de los pasajeros depende de cada decisión tomada por los controladores aéreos (ATC). 

“Para llegar a ser ATC, se requiere una concentración impecable, una comunicación verbal excepcional, habilidades para resolver problemas y tomar decisiones rápidas, así como la capacidad de prestar atención a los detalles y trabajar bajo presión”, añadió.

Los estudiantes pasan un año en una escuela especializada donde adquieren conocimientos teóricos y prácticos relacionados con el control del tráfico aéreo. Los módulos de estudio incluyen legislación sobre navegación aérea, gestión de seguridad aérea, estudios meteorológicos y las complejas regulaciones del control del tráfico aéreo. 

Una vez que superan estos módulos, los alumnos pueden especializarse en uno de los tres tipos de ATC: Controladores de área que operan en centros de control regionales y guían a las aeronaves de gran altitud en su área específica; controladores de aproximación que dan instrucciones a los aviones que acaban de despegar y los dirigen en su aproximación a un aeropuerto, y controladores de aeródromo que trabajan desde las torres de control de aeropuertos, guiando a los pilotos hasta sus puertas y pistas asignadas, además de autorizar despegues y aterrizajes.

El espacio aéreo se divide en dos categorías: Controlado y No controlado. Sorprendentemente, la mayoría es No controlado y es utilizado por pilotos recreativos y algunos vuelos militares, quienes son responsables de evitar colisiones. 

Los servicios de control del tráfico aéreo se prestan en el espacio aéreo controlado mediante radares y otros sistemas de vigilancia para minimizar retrasos y mantener una distancia segura entre aeronaves.

Antes del despegue, se presenta un plan de vuelo de cada aeronave al control de tráfico aéreo para que todos los ATC involucrados conozcan la ruta y los detalles del vuelo. 

En esta etapa, el piloto se comunica con un ATC de la torre de control del aeropuerto, quien es responsable de dar permiso para el despegue. Durante el despegue, el avión sigue una ruta conocida como "SID" (Standard Instrument Departure), que tiene en cuenta el espacio aéreo, las regulaciones de reducción de ruido y la evitación de obstáculos.

Una vez que el avión ha despegado, otro ATC se hace cargo, generalmente desde un centro de control, y sigue la aeronave en su recorrido por el espacio aéreo. Cada ATCo tiene su propia área de control, y cuando el avión la abandona, se coordina un traspaso con el ATC encargado del siguiente sector. 

Si durante el vuelo surge alguna razón para desviarse de la ruta prevista, como condiciones meteorológicas adversas, el ATCo gestionará directamente la nueva ruta, un proceso conocido como "vectorización".

Durante el descenso, el avión se integra en una "STAR" (Standard Terminal Arrival Route) que optimiza todas las llegadas. Los ATC son responsables de mantener la comunicación con los pilotos en todo momento y proporcionar información esencial, como cambios de altitud, ajustes de velocidad, congestión en el aeropuerto y cualquier otro factor que pueda afectar un aterrizaje seguro. El control del tráfico aéreo opera las 24 horas del día, los 365 días del año.

En casos de emergencia aérea, la labor de los ATC es crucial, ya que brindan asistencia, dirección y coordinación de planes de contingencia y respuestas necesarias. Ayudan a los pilotos con procedimientos de emergencia, establecen rutas para aterrizajes de emergencia, organizan desvíos a otros aeropuertos y mantienen abiertas las vías de comunicación. 

Pueden incluso proporcionar detalles sobre problemas médicos de pasajeros, fallas mecánicas de la aeronave y la cantidad de combustible restante si se requiere un desvío más allá de la ruta planificada, así como coordinar respuestas en tierra, como vehículos de bomberos o ambulancias.

Trabajar en el control del tráfico aéreo es una carrera altamente especializada que requiere una amplia formación y una responsabilidad considerable. Los descansos regulares están cuidadosamente programados a lo largo de un turno para mantener una concentración óptima, una parte esencial de un trabajo en el que pueden estar en juego vidas humanas.

 

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