Los tripulantes de cabina de pasajeros de España, Italia, Portugal, Bélgica, Alemania y Holanda se reunirán el próximo 28 de mayo en Madrid para preparar una posible huelga en verano y paralizar a la aerolínea para la que trabajan: Ryanair.
Acorde a diversos medios europeos, el objetivo es claro: conseguir que Ryanair aplique las legislaciones laborales de cada país y reconozca a los sindicatos como interlocutores, como prometió en diciembre de 2017.
Los empleados de la low-cost acusan a Ryanair que los mantiene inscritos en el régimen laboral irlandés, aunque operen y residan en otro país.
Hasta ahora, Ryanair sólo ha reconocido a dos sindicatos de pilotos, el de Inglaterra, Balpa, y el de Italia, Anpac.
La legislación laboral de Irlanda es menos favorable para los trabajadores porque, como señala El Economista de España, “las bajas de paternidad no están remuneradas y las de maternidad son más cortas, y el derecho a huelga está muy limitado al estar sujeto a condiciones y a la anulación del juez”.
Con este problema, Ryanair se ha visto obligada a cerrar sus bases en Dinamarca, Noruega y Francia en el pasado, porque los gobiernos los obligaron a funcionar bajo la legislación laboral del país para operar, acorde a los trabajadores de la empresa.
La aerolínea, por su parte, señaló que el gobierno francés publicó una ley que obligaría a Ryanair a pagar seguridad social de sus empleados tanto en Francia como en Irlanda. En Noruega cerraron operaciones debido a una tasa “dañina” introducida por el gobierno, y en Dinamarca por un conflicto con los sindicatos.
Por ahora, la idea es que los sindicatos de cada país involucrado convoquen a paros a nivel local en las mismas fechas. Éstas se publicarán a inicios de julio y las huelgas probablemente tendrán lugar entre julio y agosto.
Los sindicatos decidieron que realizarían huelgas simultáneas en todos los países para evitar que Ryanair envíe personal de otras bases a cubrir los puestos de trabajo en donde haya paro.
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