¿Hasta qué punto se verá afectada la aviación comercial norteamericana por la competencia proveniente de la industria aérea china? Dado el panorama económico global, la respuesta pareciera ser obvia. No obstante, las condiciones socio-políticas (incluida, claro está, la transición en la Casa Blanca) podrían tener mayores repercusiones de las esperadas en el resultado de la ecuación, como recientemente han planteado analistas y actores de la industria.
Respecto de estos últimos, un testimonio a tomar en cuenta lo emitió Ray Conner, vicepresidente de Boeing quien, durante un evento organizado por el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China, declaró que son 150 mil los puestos de trabajo en la Unión Americana que dependen de la creciente demanda de aeronaves por parte de aerolíneas chinas. Y dijo que irán en aumento.
Esto hubiera quedado como un simple dato en una reunión privada de negocios, pero la cuenta de Twitter del comité reprodujo la declaración del directivo.
Raymond Conner: The Chinese aviation market supports 150,000 American jobs #NCUSCR50
— NCUSCR (@NCUSCR) December 16, 2016
Cabría preguntarse, ¿cómo llegó Conner a esa cifra?
Según Doug Adler, portavoz de Boeing, en entrevista con CNN, la fórmula viene directamente del Departamento de Comercio de Estados Unidos, organismo que considera que mil millones de dólares en exportaciones representan alrededor de 6 mil empleos. Así, dado que en 2015 Boeing envió 191 aviones a China con un precio de lista de 24 mil 600 mdd, una multiplicación sencilla nos arroja la cifra estimada.
No obstante, esto podría cambiar pues, a pesar de que hoy en día las aerolíneas chinas importan sus aeronaves en números similares que Estados Unidos y Europa, la industria aeronáutica china ya se prepara para competir con Boeing y Airbus.
Expansión acelerada
Pero el poderío industrial del gigante asiático no es lo único que impulsa su industria aérea.
De acuerdo con analistas de The Wall Street Journal, la pujante clase media china ya es tan numerosa como la población de los Estados Unidos, lo que se refleja en un incremento directo en la demanda de vuelos de largo recorrido desde la nación asiática. Tan sólo en septiembre, las aerolíneas chinas añadieron siete vuelos directos a América del Norte, incluyendo aquellas originadas desde ciudades menos conocidas en el extranjero, como Zhengzhou, Qingdao y Xiamen.
En comparación, las compañías estadounidenses lanzaron sólo dos rutas hacia China en todo 2016.
Y por si fuera poco, el año pasado y por primera vez, las aerolíneas chinas superaron a sus homólogas estadounidenses en el número de vuelos programados entre EU y China. Y la brecha se sigue ampliando: este mes, las aerolíneas chinas tienen programados 781 vuelos China-EU, mientras las compañías estadounidenses prevén 596, de acuerdo con OAG, empresa de datos de aviación .
En términos de pasajeros, los números no mienten: en 2015, 120 millones de turistas chinos viajaron al extranjero, cuatro veces más que una década antes, según cifras del gobierno chino. Durante el mismo periodo, los visitantes chinos a los EU crecieron 10 veces hasta los 2.6 millones. Y se estima que, para 2020, más de 200 millones de chinos viajarán al extranjero cada año.
De seguir a este ritmo, expertos indican que el mercado aéreo chino podría valer un billón (un millón de millones) de dólares en los próximos 20 años.
Pero no todo son cielos despejados para las aerolíneas chinas.
Aunado a un antagonismo declarado hacia el comercio proveniente de China, Donald Trump, presidente electo de los EU, tensó al máximo las relaciones diplomáticas con Beijing, al aceptar una inesperada llamada de felicitación por parte del presidente de Taiwán, provincia calificada como "rebelde" por el gobierno central chino.
Así, no sólo Boeing sino muchos negocios a nivel mundial están atentos a los siguientes movimientos del dragón asiático.
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