De acuerdo con la consultora ICF Internacional, los contratos entre aerolíneas y empresas arrendadoras de aviones han sufrido diversos conflictos debido a una escasa planeación en materia de devolución de aeronaves y a una falta de legislación en torno a administraciones definidas por parte de las compañías aéreas de mayor volumen, que son constantemente las menos recíprocas a la hora de devolver una nave.
Preparar una devolución comienza durante la negociación del contrato, no unos meses antes de que el contrato de arrendamiento venza, por lo que desde el inicio, los equipos encargados de negociar los arrendamientos deben trazar una idea clara de sus objetivos, cada uno de los cuales cambia de una línea aérea a otra, así como entre cada transacción.
ICF Internacional propone fijar la renta en una cifra predeterminada, determinar el valor de los depósitos de garantía o cartas de crédito, configurar la entrega, utilizar los contratos de mantenimiento por horas de vuelo, tener la capacidad de subarrendar entre grupos, determinar las contribuciones del arrendador y establecer las condiciones de entrega y devolución.
Para llegar a un acuerdo, es "imprescindible", según el informe de ICF Internacional, evitar "áreas grises", y no olvidar posibles puntos de inflexión sobre la mesa. Como parte del proceso de aprobación es importante determinar dónde y cuándo se cubrirán las necesidades con los esfuerzos más adecuados, a través de una carta de intenciones.
Hay dos formas de abordar una carta de intenciones: Conseguir que se firme lo más rápido posible, y preocuparse por los detalles más tarde, o contrariamente, "negociar exhaustivamente y en detalle todos los puntos de la carta", firmarla y posteriormente negociar los puntos que hayan acordado una vez que se llegue a la fase contractual.
La idea básica, es que las grandes aerolíneas se preocupen por hacer parte del negocio la sabia frase: “regresa justo como se entregó”.
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