
La Agencia Espacial Europea / European Space Agency (ESA) y las agencias espaciales en Europa amplían sus estrategias para integrar ciencia y seguridad en beneficio de la Unión Europea / European Union (UE). Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido, España, Suecia y Países Bajos invierten en satélites, defensa y capacidades de lanzamiento para proteger activos, reforzar su competitividad y responder a las amenazas emergentes en la órbita baja terrestre (LEO).
El énfasis en la defensa arriba en un contexto de inhibición del GPS, nuevos misiles cinéticos y una dependencia de sistemas de lanzamiento extranjeros que amenaza con limitar el acceso de Europa al espacio; priorizando la presencia y seguridad en el ámbito espacial. Desde la Guerra Fría hasta la actual competencia tecnológico-militar por la hegemonía estratégica del siglo XXI, en el marco de la nueva carrera espacial y el NewSpace, los activos espaciales han sido y serán fundamentales para garantizar el dominio y la seguridad espacial entre las potencias espaciales. En la tierra las capacidades espaciales permiten preservar la seguridad nacional, fortalecen las operaciones estratégicas militares y potencian las aplicaciones de la tecnología satelital de uso dual (civil y militar).
La Estrategia Espacial Nacional 2025 – 2040, fue presentada por el presidente francés, Emmanuel Macron, el 12 de noviembre de 2025, durante la inauguración del centro operativo del Comando Espacial de Francia / Commandement de l’Espace (CDE) en la Base Aérea 101 de Toulouse, Francia. El CDE busca fortalecer la interconexión entre defensa, investigación e industria, y está ubicado cerca del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) para potenciar la colaboración. En su intervención Macron destacó la premura de que Europa fomente su propia autonomía e independencia estratégica en órbita para robustecer sus operaciones espaciales (civiles y militares) de inteligencia, algo que se describió como vital, al comparar los presupuestos europeos con los de los Estados Unidos. Lo anterior, en clara referencia a la amenaza que representa Rusia para los activos espaciales europeos. Además, anunció el incremento de 4,200 millones de euros (alrededor de un 70%) para la actividad espacial militar francesa en el periodo 2026-2030, que mejorará las capacidades de vigilancia espacial y alerta temprana en colaboración con Alemania.
La estrategia integra bajo el mismo marco los ámbitos civiles, de uso dual y militar, además de que adopta nuevos modelos de financiación (con referencia al programa Georeturn de la ESA), el aumento del apoyo a las capacidades de lanzamiento espacial (y cómo estas pueden alinearse con la principal base de lanzamiento europea actual), así como la necesidad de modernizar sus marcos normativos, respetando al mismo tiempo sus principios rectores. Macron también mencionó la importancia de sistemas como OrbitGuard de Infinite Orbits, que reforzarán aún más la seguridad de los sistemas espaciales franceses y europeos. La “Estrategia Espacial Nacional de Francia 2025-2040”, se estructura en torno a cinco pilares o ejes para asegurar la «autonomía y soberanía europea en el espacio», y está diseñada específicamente para extraer lecciones valiosas para potencias espaciales emergentes como México.
Pilares de la Estrategia Espacial Nacional
- Acceso autónomo y sostenible al espacio:La estrategia busca garantizar que Francia y Europa mantengan capacidades independientes de lanzamiento, haciendo hincapié en la modernización del Centro Espacial de la Guayana y el uso del lanzador Ariane 6, además de invertir en tecnologías de lanzamiento reutilizables y de bajo costo. Francia identifica el acceso al espacio como la base de su soberaní
- El puerto espacial europeo: Se destaca la importancia estratégica del Centro Espacial de Guayana (CSG) en Kourou, no solo como base de lanzamiento, sino como infraestructura crítica nacional y europea que debe modernizarse y abrirse a nuevos operadores.
- Transición de lanzadores: Mientras se consolida el uso del Ariane 6, la estrategia ordena preparar inmediatamente la próxima generación de lanzadores para 2040, priorizando la reutilización, la propulsión de bajo costo y los motores de alto empuje.
- Economía espacial dual, sostenible y competitiva:La estrategia promueve una base industrial y tecnológica soberana, impulsando la innovación de uso dual (civil y militar) y las asociaciones público-privadas (APPs). Se destinarán más de 16 mil millones de euros al espacio civil para 2030. El documento reconoce la disrupción del “NewSpace” y la necesidad de adaptar la industria francesa a esta tendencia.
- Apoyo al ecosistema: Se busca fortalecer tanto a los actores históricos como a los startups, fomentando un modelo industrial que integre agilidad e innovació
- Economía de datos: Se prioriza el desarrollo de una política nacional de datos espaciales para estimular servicios en agricultura, transporte y gestión de crisis, integrando el espacio con la economía digital (nube e IA).
- Talento: Se enfatiza la necesidad de una política nacional de competencias para 2040 para asegurar el capital humano necesario.
- Capacidades de defensa y seguridad espacial resilientes: El espacio se considera el “quinto dominio operativo” (junto a tierra, aire, mar y ciberespacio), y se anunció una inversión adicional de 4.200 millones de euros para defensa espacial entre 2026 y 2030. Esto incluye el desarrollo de capacidades de “defensa activa”, como los satélites de patrulla/inspección Orbit Guard y Toutatis, sistemas de alerta temprana y posibles armas láser, para proteger los activos franceses en órbita a partir de 2027. Este es el pilar más agresivo y novedoso, Francia reconoce el espacio como un dominio de conflicto.
- Defensa activa: Francia planea desarrollar capacidades para actuar “en y hacia el espacio” para disuadir o neutralizar amenazas, bajo una doctrina de defensa activa y graduada.
- Conciencia Situacional Espacial (SSA): Se busca autonomía en la vigilancia espacial (detectar y atribuir acciones hostiles) para no depender exclusivamente de datos de terceros (como EE. UU.).
- Ciencia y exploración sostenidas:Francia mantendrá su ambición en investigación científica, contribuyendo a misiones internacionales como el programa Artemis de la NASA y elevando las ciencias del sistema Tierra a prioridad estratégica nacional. Francia mantiene su ambición científica como herramienta de influencia (“soft power”).
- Exploración: Se confirma el interés en vuelos tripulados y exploración robótica (Luna y Marte) mediante cooperación internacional, considerándolo un motor de innovación tecnoló
- Ciencias de la Tierra: Uso del espacio para monitorear el cambio climático, un área donde Francia busca liderazgo global.
- Cooperación internacional y europea responsable:La estrategia aboga por una cooperación europea más estrecha, promoviendo una “preferencia europea” en la adquisición espacial y fortaleciendo las alianzas existentes con socios como Alemania, Estados Unidos e Italia. Francia busca liderar la diplomacia espacial, promoviendo normas de comportamiento responsable y evitando la imposición de estándares por parte de competidores estraté
El documento establece la hoja de ruta de Francia para mantener su estatus como potencia espacial en un entorno global cada vez más competitivo y militarizado. Los cinco pilares buscan garantizar la soberanía, la competitividad industrial y la seguridad nacional.
Análisis para potencias espaciales emergentes (enfoque en México y América Latina)
Para una potencia emergente como México, que cuenta con una agencia espacial (AEM) en pausa y una industria en crecimiento, pero con recursos limitados comparados con las superpotencias, la estrategia francesa ofrece lecciones críticas en las siguientes tres áreas:
- Desarrollo económico: El Estado como cliente y catalizador. Francia no solo subsidia la tecnología, sino que estructura el mercado.
- Compra pública de servicios: La estrategia francesa marca un cambio hacia la “compra de servicios” en lugar de solo financiar el desarrollo tecnoló
Lección: México podría estimular su industria “New Space” local actuando como cliente ancla, comprando datos e imágenes a empresas nacionales para necesidades gubernamentales (catastro, urbanización y reordenamiento territorial, agricultura, pesca, seguridad, entre otros), en lugar de desarrollar satélites propios desde cero para cada actividad.
- Valor del Downstream: Francia pone gran énfasis en la explotación de datos espaciales para políticas pú
Lección: El mayor retorno de inversión a corto plazo para una potencia emergente no está en la infraestructura de lanzamientos (los cohetes), sino en las aplicaciones. Integrar datos espaciales en la gestión hídrica, agrícola y alerta temprana en desastres provocados por fenómenos naturales es una vía rápida para justificar el presupuesto espacial ante la ciudadanía y el gobierno.
- Seguridad espacial: Autonomía de evaluación. Francia subraya que “sin capacidad de ver lo que ocurre en órbita, no hay soberanía”.
- Vigilancia espacial (SSA): Francia invierte en sensores propios para reducir su dependencia de datos extranjeros para saber si sus satélites están siendo amenazados o si existe riesgo de colisió
Lección: Para México, invertir en una red de sensores ópticos o de radiofrecuencia (baratos en comparación con lanzar satélites) es estratégico. Permite participar en la mesa global de gestión de tráfico espacial (Space Traffic Management-STM) y protege los activos nacionales sin depender totalmente del altruismo de datos proporcionados por el Comando Espacial de los EE. UU.
- Diplomacia normativa: Francia utiliza su peso para moldear las normas internacionales en la ONU y la UIT.
Lección: Las potencias emergentes como México deben ser muy activas en foros como COPUOS y UIT (CELAC, ALCE, CITEL y Conferencia Espacial de las Américas) para asegurar que las futuras leyes de minería espacial o gestión de tráfico no favorezcan solo a quienes ejercen hegemonía tecnológica.
III. Estrategia de seguridad nacional: El modelo dual. La estrategia francesa se basa explícitamente en la dualidad civil-militar para maximizar recursos.
- Sinergia de recursos: Las tecnologías y competencias sirven simultáneamente a necesidades civiles (ciencia, comunicaciones comerciales) y militares (inteligencia, comunicaciones seguras).
- Resiliencia de infraestructura: Se planea proteger la infraestructura terrestre y los enlaces de datos contra ciberataques, reconociendo que el segmento terrestre es el más vulnerable.
Lección: Para países con presupuestos ajustados y reducidos, como México, es insostenible tener programas espaciales civiles y militares totalmente separados. Una estrategia nacional debe fomentar el desarrollo de tecnologías de uso dual. Además, la seguridad nacional no implica necesariamente armas en el espacio, sino asegurar que la infraestructura crítica (telecomunicaciones, servicios bancarios, energía), que depende del espacio esté protegida ante potenciales ciberataques.
La estrategia francesa 2025-2040 nos muestra que una potencia espacial moderna no se define solo por lanzar cohetes, sino por su capacidad de integrar el espacio en la economía digital, proteger sus activos mediante vigilancia autónoma y utilizar la diplomacia para asegurar un acceso justo a los recursos orbitales. Para México, replicar el enfoque de economía de datos y uso dual (civil-militar) sería el camino más eficiente para consolidar su desarrollo espacial nacional y el liderazgo regional.
Las estrategias de otras naciones europeas
Alemania presentó su primera estrategia nacional para el futuro del espacio, con foco en la seguridad. El nuevo plan, presentado también en noviembre, abarca programas de vuelos espaciales, la ampliación de redes de satélites y colaboraciones internacionales para que el país sea “más capaz de actuar” en el espacio. “Los sistemas espaciales se han convertido en parte integral de nuestras vidas… su fallo o interrupción tendría graves consecuencias para nuestra seguridad y la vida cotidiana”, señaló el ministro de Defensa, Boris Pistorius, en un comunicado.
Italia reservó en octubre 109 millones de euros para el lanzamiento de un plan de defensa espacial. Aunque aún está en desarrollo, el gobierno italiano señaló que será un plan “multidominio” que ayudará a Italia a responder a posibles amenazas en las próximas dos décadas. El plan definirá “capacidades a corto plazo y cubrirá lagunas operativas” en su programa de defensa. El gobierno italiano asignó 131 millones de euros adicionales a la vigilancia espacial o “vigilancia de objetos espaciales”, para proteger los activos nacionales en el espacio, vigilar la basura espacial y mantener un acceso seguro al espacio (STM). Italia también invierte en una constelación de satélites de observación de la Tierra (EO) para monitorear cambios medioambientales y apoyar servicios críticos. El primer lanzamiento de la futura constelación Iride tuvo lugar en enero de 2025. El país trabaja con Alemania y Francia en el desarrollo de varios lanzadores europeos, entre ellos Ariane 6 y su versión más pequeña, Vega-C.
El Reino Unido publicó en septiembre su estrategia espacial nacional (la revisamos en amplitud en esta columna), que utilizará el espacio para fortalecer la economía del país, aumentar la seguridad y seguir impulsando descubrimientos de alcance global que inspiren a millones. Reino Unido invertirá en capacidades de lanzamiento con pequeños lanzadores, puertos espaciales sostenibles, el desarrollo de nichos en comunicaciones por satélite y las capacidades adecuadas que permitan reparar, actualizar o ensamblar satélites en órbita; aumentará la inversión en ciencia e innovación que atraigan y retengan talento, además de fortalecer las alianzas internacionales.
España presentó el 18 de noviembre de 2025 en el Centro de Estudios Superiores de la Defensa Nacional (CESEDEN) en Madrid, la Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional 2025 que abarca aspectos de seguridad aérea y espacial. Por su parte, la ministra Diana Morant Ripoll anunció el 26 de noviembre que España aumenta su contribución a la ESA hasta alcanzar la cifra histórica de 455 millones de euros de media al año para el periodo 2026-2030, así como una inversión de 169 millones de euros para que el lanzador MIURA 5, en desarrollo por PLD Space, esté dentro de la futura generación de lanzadores europeos a través del Desafío Europeo de Lanzadores / European Launcher Challenge (ELC), un programa de la ESA que busca impulsar las nuevas capacidades europeas de lanzamiento espacial financiando el desarrollo de vehículos de lanzamiento orbitales pequeños y medianos.
Adicionalmente, Suecia y Países Bajos también han anunciado estrategias de defensa espacial activa basados en tecnología satelital y sistemas de alerta temprana en apoyo a la defensa aérea y antimisiles. En todo el mundo, el estratégico y transversal sector espacial crece en inversión, desarrollo y actividad. Algún día México despertará ante la realidad insoslayable de la defensa espacial activa, esperemos que para entonces no sea demasiado tarde.
No se trata solo de protegerse pasivamente (blindaje), sino de tener la capacidad de “prevenir, disuadir y, si es necesario, neutralizar” amenazas. Francia busca dotarse de medios para actuar en y hacia el espacio. Esto implica desarrollar capacidades espaciales reales, es decir, tecnologías que van más allá de la observación. La estrategia menciona capacidades para intervenir y neutralizar sistemas adversarios que amenacen los intereses nacionales, siempre bajo el cumplimiento del derecho internacional (como la legítima defensa). Esto puede incluir desde deslumbramiento láser (dazzling) para cegar satélites espías hasta ciberataques defensivos, aunque el documento es cuidadoso en no detallar armas cinéticas (misiles) que generen basura espacial. El documento enfatiza que no se puede defender lo que no se ve. Para ejecutar una defensa activa, primero se requiere desarrollar una Conciencia Situacional Espacial / Space Situational Awareness (SSA) autónoma: radares y telescopios propios para detectar, caracterizar y atribuir una acción hostil.
Para una potencia emergente, replicar la “neutralización” es costoso y políticamente complejo. Sin embargo, la lección vital es la fase de detección. México debería enfocar su “defensa activa” en la soberanía de la vigilancia del territorio nacional: poseer infraestructura propia (telescopios ópticos o radares terrestres) para saber dónde están sus satélites y quién está cerca de ellos, sin depender ciegamente de los datos públicos proporcionados por potencias extranjeras.
La propuesta de implementación para México, Modelo de “Compra de Servicios
La estrategia francesa propone abandonar la vieja usanza donde el Estado diseña, construye y opera todo. En su lugar, el Estado se convierte en un “cliente ancla” que compra servicios a empresas privadas nacionales, garantizando así su viabilidad económica. En el modelo francés el gobierno define una necesidad (por ejemplo, surge el requerimiento: “necesito imágenes de alta resolución de mis fronteras cada 24 horas”), en lugar de fabricar un satélite militar, lanza un contrato plurianual para comprarle esos datos a una empresa nacional. Esto permite a la empresa ir al banco y pedir financiación privada porque tiene un contrato gubernamental garantizado.
México debería implementar este modelo para detonar su industria New Space sin necesidad de inversiones masivas iniciales en infraestructura / Capital Expenditures (CAPEX), que se refieren a los desembolsos significativos de capital que una empresa o gobierno realiza al comienzo de un proyecto para adquirir, mejorar o mantener activos físicos en el largo plazo.
Escenario factible: “Programa Nacional de Datos Geoespaciales”
- Identificación de la demanda agregada: El gobierno federal agrupa las necesidades de varias dependencias que actualmente compran datos a empresas extranjeras o carecen de ellos:
- SADER (Agricultura y desarrollo rural): Monitoreo de sequías y plagas.
- INEGI: Actualización catastral y urbana.
- Protección civil: Monitoreo de incendios forestales e inundaciones.
- Marina/Defensa: Vigilancia de litorales e instalaciones estraté
- Licitación de servicios (no de activos): En lugar de licitar la construcción de un satélite “Morelos IV”, el gobierno licita un contrato de suministro de datos a 5 o 10 añ
- Requisito: La empresa proveedora debe ser nacional o tener una filial con transferencia tecnológica real en Mé
- Modelo: “Pago por píxel” o “Suscripción anual por servicio”.
- Beneficios estratégicos:
- Desarrollo económico: Las startups mexicanas de nanosatélites o análisis de datos obtienen el flujo de caja necesario para crecer y exportar sus servicios a otros países de América Latina y el Caribe u otras regiones.
- Reducción del riesgo: Si el satélite falla, el riesgo es de la empresa privada, no del contribuyente. El gobierno solo paga por los datos recibidos vá
- Innovación rápida: Al comprar servicios, el gobierno incentiva a las empresas a usar la tecnología más moderna (IA, nube, machine learning, Big data, etc.) para ser competitivas, en lugar de quedarse con un satélite gubernamental que se vuelve obsoleto en apenas tres añ
Adoptar este esquema permitiría a México pasar de ser un simple comprador de tecnología extranjera a ser un promotor de industria local y desarrollo de capacidades espaciales nacionales, alineándose con la tendencia global descrita en la estrategia francesa de usar la compra pública para crear industriales exitosos locales, incentivando el desarrollo y consolidación nacional de una industria, ecosistema y el sector espacial.
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