
En apenas un año, Norwegian Airlines ha protagonizado uno de los regresos más impresionantes de la industria aérea europea. Luego de estar al borde de la quiebra en 2020-2021, con una deuda multimillonaria y una flota sobredimensionada que arrastraba desde sus años de ambicioso crecimiento, la aerolínea noruega ha logrado transformarse y cerrar un ejercicio con superávit, sorprendiendo a analistas y al propio mercado.
Durante la pandemia, Norwegian fue una de las compañías más golpeadas. Su modelo de bajo costo en vuelos de largo radio, que le había dado notoriedad internacional, se tornó insostenible. La reducción drástica de la demanda y la acumulación de deudas forzaron a la empresa a declararse en proceso de reconstrucción financiera en 2021, cerrando varias rutas, devolviendo aviones y recortando drásticamente su plantilla.
Sin embargo, en 2024, la aerolínea no solo logró salir a flote, sino que reportóbeneficios netos por primera vez desde 2016. Este resurgimiento se debe a una combinación de factores estratégicos. En primer lugar, Norwegian abandonó los vuelos intercontinentales y se enfocó exclusivamente en el mercado europeo, más rentable y manejable. Esta reestructuración de rutas le permitió optimizar su operación y reducir los costes asociados al mantenimiento de una flota de largo alcance.
En segundo lugar, la compañía renegoció contratos de arrendamiento, redujo su flota a unos 80 aviones (desde más de 150) y mejoró la eficiencia operativa. También se benefició del fuerte repunte de la demanda turística post-pandemia y de una gestión financiera más prudente, enfocada en la rentabilidad en lugar del crecimiento agresivo.
Además, Norwegian ha apostado por la digitalización y la mejora del servicio al cliente como elementos clave de su nueva identidad. Esta estrategia ha tenido buena acogida, con niveles de ocupación cercanos al 90% en temporada alta y una reputación renovada entre los viajeros europeos.
El caso de Norwegian es un ejemplo de recuperación empresarial tras una crisis importante. Su transformación en una aerolínea regional eficiente y rentable demuestra que, con decisiones duras , es posible revertir incluso las situaciones más adversas. En un sector tan difícil como el aéreo, la historia de Norwegian recuerda que la adaptación rápida puede marcar la diferencia entre la quiebra y la supervivencia.
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