Sin duda la aviación moderna es el medio de transporte más seguro del mundo pero el haber llegado a ese nivel no ha sido gratis.
Han debido pasar décadas de importantes avances tecnológicos y controles operativos muy estrictos pero aún así los accidentes aéreos fatales, aunque son poco frecuentes, siempre causan un gran impacto humano, económico y desde luego mediático y esto último provoca una andanada de opiniones no calificadas.
La investigación profesional de accidentes de aviación no tiene como objetivo solo encontrar las causas de un accidente o encontrar culpables sino principalmente hacer las recomendaciones necesarias para que un accidente no se repita.La NTSB que en el transporte en los Estrados Unidos es la Junta de Seguridad Nacional o la Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil, CIAIAC de España por ejemplo operan bajo las normas que son establecidas en los diferentes anexos y documento por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) que es la que garantiza la independencia, investigaciones muy rígidas y transparencia en cada proceso.
Ambas instituciones sobresalen por sus investigaciones independientes y eficientes y han sido pilar de la investigación aérea en el mundo.
Una investigación típica comienza con la recolección de datos en el lugar del accidente, esta investigación de campo incluye la localización de las grabadoras de vuelo y de voz así como restos del avión, además de condiciones de tiempo, bitácora e historial de mantenimiento y entrevistas con testigos y controladores de vuelo.
El siguiente paso es realizar una reconstrucción detallada llevando a cabo vuelos en simuladores para poder entender el comportamiento del avión y sus diferentes sistemas y la respuesta de la tripulación ante las circunstancias que causaron el accidente.
Los investigadores asignados a la investigación son profesionales muy bien entrenados y de gran experiencia y su filosofía no es buscar a quien culpar sino entender las razones por las que ha ocurrido un accidente.
Son muchos los factores contribuyentes a un accidente aéreo y suelen ser muy complejos.
Las fallas humanas representan el 85% del total de accidentes, las fallas técnicas cada día menos comunes dada la avanzada tecnología, errores de procedimientos, o condiciones adversas de mal tiempo son factores demostrados a través de los años.
Al final de una investigación y en base a esos factores los investigadores están en posición de emitir recomendaciones para modificar lo necesario tanto en lo referente al factor humano como al técnico y así poder evitar en el futuro nuevos accidentes por las mismas causas.
Un ejemplo fue la investigación del vuelo de Air France 447 en el 2009, en el Océano Atlántico del sur, sobre el cual se llevó a cabo una investigación exhaustiva determinando mejoras en los procedimientos de uso de piloto automático y otras en los procedimientos para vuelo en condiciones de mal tiempo o la investigación sobre los accidentes del B737 MAX que causó el rediseño completo de un sistema automatizado del avión y una rigurosa recertificación por parte de la FAA de Estados Unidos.
Así como estas se han llevado a cabo otras investigaciones que tuvieron como consecuencia recomendaciones que han servido para mantener y mejorar aún más la seguridad de los aproximadamente 9 mil millones de pasajeros que abordan los casi 32 mil aeronaves operadas por 750 aerolíneas comerciales en el todo mundo cada año.
Investigar un accidente de aviación es un proceso sumamente complicado y explicarlo requiere libros, manuales completos y todo tipo de información suficientes para llenar libreros completos.
La investigación de accidentes tiene por objeto el fortalecimiento constante de la seguridad aérea y aunque estos eventos son trágicos, el análisis profesional permite salvar vidas y evita la repetición de errores humanos y técnicos.
El rigor científico, la transparencia y la cooperación internacional resultan elementos clave para garantizar que cada accidente aéreo termine siendo una lección bien aprendida y en cada informe siempre hay un profundo compromiso con la seguridad, así como con la justicia para las víctimas y la mejora de todos los procesos y protocolos de la Aviación mundial.
Tristemente nuestro México no cuenta con un departamento independiente, con investigadores profesionales, equipados, con recursos económicos suficientes y tecnología propia para realizar la investigación de incidentes y accidentes aéreos.
En nuestro país existen investigadores profesionales en todas las áreas de la investigación cuya experiencia no ha sido aprovechada en los formación de un departamento que debería existir como existe en muchos países del mundo que se precian de tener una industria aérea de importancia y nivel internacionales como en el caso de México.
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