
“Errar es humano, pero perseverar en el error es diabólico”
Seneca
Cualquier persona puede cometer errores y esto resulta ser inevitable en el ser humano aunque, en el medio aeronáutico especialmente, también es una oportunidad para seguir aprendiendo y mejorar
No resulta fácil evitar por completo los errores pero hay que saber escuchar otras voces, reconocerlos, asumir la responsabilidad y aprender de ellos.
John K. Lauber es reconocido como el padre del CRM (Crew Resource Management), en aviación y fue un psicólogo aeronáutico pionero en el estudio del factor humano y como este puede influir en la toma de decisiones que a veces llevan al error.
En la década de los años 70, el Dr. Lauber formó parte del grupo investigador de la NTSB (National Transportation Safety Board) que analizo algunos accidentes en los cuales el aspecto técnico no había sido factor pero sí lo fue el error humano relacionado con la comunicación, liderazgo y toma de decisiones en la cabina de vuelo de las aeronaves.
Su más importante análisis surgió de la investigación del accidente del vuelo 173 de United Airlines en 1978.
En ese vuelo la tripulación se concentró tanto en un problema menor con el tren de aterrizaje que descuidaron la cantidad de combustible del avión hasta agotarlo.
En otro evento, durante un vuelo la grabadora de voz registró la llamada clara del primer oficial a su Capitán para efectuar una aproximación fallida debido a que el régimen de descenso no estaba estabilizado, llamada a la que el piloto al mando de los controles no hizo caso.
El avión aterrizó a media pista y se salió de ella al final para estrellarse en un montículo matando a los dos pilotos y a varios pasajeros y lesionando a otros más.
Desde entonces no ha dejado de estudiarse el tema y hoy son una gran cantidad de directrices que se han convertido en estándares mundiales para todas las aerolíneas y todos los pilotos comerciales del planeta.
La comunicación efectiva entre los pilotos en una cabina de mando es un aspecto esencial en la seguridad de las operaciones aéreas y de ahí la importancia de mantener esa comunicación para poder tomar en conjunto las mejores decisiones.
El piloto al mando o capitán tiene la última decisión en todo lo referente al vuelo sin embargo, como ser humano que es, también está sujeto a cometer errores y equivocarse.
Un verdadero profesional, responsable y comprometido sabe entender y aceptar sus equivocaciones y escuchar las opiniones de otros pilotos que, aunque sean de menor experiencia, bien pueden aportar algo importante en un momento dado.
En cualquier sentido y tomando en cuenta que no importa de quien sea una opinión o una idea, es necesario tomar decisiones adecuadas durante un vuelo para asegurar la operación venga de quien venga esa decisión.
En la cabina de mando los pilotos deben recordar que tanto en la operación normal como en situaciones anormales o de emergencia todo lo que dicen queda registrado en la grabadora de voz (CVR) …y lo que no dicen, también.
Por eso la importancia de nunca permanecer en silencio en caso de que las cosas se empiecen a descomponer en la cabina de mando debido a una situación anormal o de emergencia e incluso en situaciones que son normales del vuelo.
Cualquiera de los pilotos en cabina (sin importar el rango) que se pueda dar cuenta de un error o una equivocación debe hacer escuchar su voz de manera clara para que de forma conjunta se puedan aplicar los mejores criterios y mantener la seguridad de todos a bordo.
Un Capitán debe lograr un ambiente de colaboración no jerárquico y promover un entorno en donde otro u otros pilotos en cabina puedan hablar sin temor y puedan cuestionar alguna decisión si consideran que existe algún riesgo, esto resulta ser el alma del CRM.
Como hemos dicho, un Capitán es un líder que debe distinguirse por su habilidad para ser un buen comunicador, por su profesionalismo, su alto sentido de responsabilidad, su empatía y su compromiso con la seguridad de los seres humanos puestos bajo su cuidado.
Un buen piloto sabe cuando se equivoca y es capaz de aceptarlo y corregir, lo acepta, escucha las voces a su alrededor y actúa en consecuencia, lo que garantiza en un momento dado la vida de sus pasajeros.
Cualquier desviación de los procedimientos de vuelo, especialmente en caso de emergencias, debe ser analizada en conjunto y corregida de inmediato, ya habrá tiempo para comentar las decisiones y las diferentes voces después de un aterrizaje seguro.
“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”







