“Pedro y el lobo”, es un cuento infantil de Esopo el cual narra la historia de un joven pastor que disfrutaba bromeando con los habitantes de su aldea sobre el inminente ataque de un lobo.
Y justo así, cómo si se tratara de un lobo feroz, Estados Unidos ha vuelto a alertar al gobierno de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR de la nueva degradación a Categoría Dos en seguridad aérea.
Ojalá, se tratara de una simple historia, pero en realidad las autoridades aeronáuticas de nuestro país, no han aprendido la moraleja de esta inusual historia.
La famosa “Austeridad Republicana” ha generado fuertes estragos en lo referente a operación aérea, esto, sumado a la entrega de la dirección de la Agencia Federal de Aviación “Civil” (AFAC), a los militares, lo cual genera que el vecino del norte, con garras y colmillos afilados, esté atento a las fallas y amenace con una nueva degradación.
– ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Ayuda, por favor!
De nueva cuenta, suenan las campanas de alerta, en la última inspección realizada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), se ubicó a nuestro país en posición desfavorable en materia de regulación aeronáutica enmarcada brevemente bajo el título de: “Preocupación de Seguridad Significativa”
–¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Necesito ayuda! ¡He visto un enorme lobo atemorizando a mis ovejas!-…
Los señalamientos van precisamente en contra de la AFAC, que encabeza el General retirado, MIGUEL ENRIQUE VALLÍN OSUNA.
De manera enérgica y poco alentadora, la OACI ha señalado fallas y siguen sin cumplirse estándares básicos en seguridad aérea.
“Un grupo de hombres se organizó para acudir en ayuda del joven. Todos juntos se pusieron en marcha y enseguida vieron al pastor, pero el lobo no estaba por ninguna parte y todo se trataba de una broma de mal gusto”.
Según lo expuesto por la AFAC, Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), bajo el “radar” de JAVIER ALONSO VEGA DOUR, se anticipó a las exigencias internacionales en materia de verificación, con unos “ultra modernos” drones de tecnología de punta a fin de mantener permanentemente calibrados los sistemas y dar cumplimiento a la normatividad internacional.
Comentan los que saben, que la OACI, encontró más de cien observaciones en la auditoría realizada.
Cómo en el cuento de Pedro y el Lobo, los gritos han sido muchos y nadie hace caso. Pero cuando realmente aparezca el animal carnívoro…
Pasar a la categoría dos, permite a las compañías aéreas mexicanas continuar sus servicios existentes a Estados Unidos, pero prohíbe cualquier nuevo servicio y rutas.
La gente, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, hizo oídos sordos. ¿Y lo qué ocurrió? Pues que el pastor vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas.
Y mientras en México, estamos empantanados en la presencia o no del “lobo” y la categoría uno en seguridad, las aerolíneas estadounidenses aprovechan para agrandarse de este lado.
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