En el momento de escribir esta columna, los inspectores de la Administración Federal de Aviación (FAA), se encuentran en México llevando a cabo (otra vez) la auditoría correspondiente de acuerdo a ordenamientos internacionales que aplican a todos los países contratantes de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), auditoría de seguridad que no ha logrado pasar la autoridad aeronáutica mexicana y que nos tiene degradados a categoría 2 desde hace ya 2 años.
No es por “mandato divino” que esta auditoría se lleva a cabo periódicamente, como ha dicho el presidente, se trata de una auditoría dirigida a la autoridad aeronáutica de cada uno de los 193 países miembros.
La Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) ha demostrado, hasta hoy, que no cumple con los estándares internacionales en seguridad, normas, reglamentos y procedimientos de operación.
Desde la última vez que los auditores de FAA estuvieron en México, quedó claro que empezando con la infraestructura general de sus instalaciones, especialmente en el área del aeropuerto donde se encuentran la oficina de licencias, Medicina de Aviación y el Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC), entre otros, hay importantes eventos que deben ser solucionados, junto con otros 34, más los que se hayan podido acumular desde la última visita de FAA.
Al día de hoy, existen nuevas modificaciones a 4 ordenamientos que tienen que ver con la nueva ley civil de aviación, reglamentos de licencias, reglamento de instituciones educativas en materia aeronáutica y el reglamento de aviación de medicina de aviación civil, lo que definitivamente viene a complicar mucho la auditoría a AFAC porque, además, no ha tenido una visión clara de las metas que deben alcanzarse para ser certificados de nuevo a categoría 1.
Esta recertificacion no se ve nada sencilla ya que, en principio, no ha habido un presupuesto adecuado que, se estima, debería de ser un poco mayor a los 2 mil millones de pesos, necesarios para solucionar la mayor parte de los eventos señalados por la FAA, y como ejemplo son los salarios y entrenamientos a pilotos certificadores.
Por otra parte, AFAC sigue sin poder tener acceso a la tecnología que se requiere para cumplir los estándares generales de seguridad aérea y procedimientos establecidos por OACI.
Los auditores de FAA ya tienen conocimiento de los resultados de la terrible burocracia causante de demoras en entregas de licencias, así como los problemas que existen para lograr citas de exámenes médicos a personal técnico, lo que sucede en gran parte debido a la cancelación de médicos terceros en plena transición de medicina de aviación a AFAC.
Por los problemas anteriores, se ven venir de nuevo las prórrogas en exámenes médicos y licencias, con todas sus indeseables consecuencias.
Hay muchos eventos específicos más que deben ser solucionados en momentos en que se siguen haciendo cambios de personal y direcciones en diferentes áreas.
Los inspectores que visitan AFAC, son profesionales de primer nivel y con amplios conocimientos sobre los temas que abarcan las auditorías, como normas, reglamentos, leyes y circulares oficiales de la industria aérea mundial.
Las autoridades de AFAC deben ser muy cuidadosas y muy honestas en la presentación de los documentos probatorios, reglamentos y normas cumplidas que habrán de presentar a propósito de los eventos encontrados en el pasado, y cualquier otro posible surgido en los últimos meses.
Estos profesionales han demostrado que no están dispuestos a regalar nada y actúan directo y legalmente, porque, para ellos, todo lo que tenga que ver con la seguridad aérea desde todas sus diferentes áreas es lo primero.
Todos los que participamos o hemos participado en la aviación de México, queremos el regreso a la categoría 1, por el desarrollo y crecimiento de nuestra industria aérea y deseamos que la AFAC pueda cumplir con sus obligaciones y lograr su recertificación.
Los nuevos elementos militares que ocupan puestos importantes en AFAC, no tienen el conocimiento de los requerimientos técnicos de la aviación civil, y es normal si tomamos en cuenta su formación obviamente militar.
De igual manera, muy difícilmente un civil podría ser, por ejemplo, el administrador de una base de la Fuerza Aérea por la misma razón, su formación es civil y totalmente diferente.
A partir de lo anterior, podemos decir que ha faltado a nuestra autoridad aeronáutica, además de todo lo señalado, una visión de futuro y pleno conocimiento del trabajo que realiza OACI a través de sus diferentes auditorías.
Tengo serias dudas de que, en el corto plazo, México pudiera lograr de nuevo la certificación a categoría 1, aunque espero sinceramente estar equivocado.
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