La tecnología en el sector aéreo, al principio militar y luego comercial, ha sido clave para una visión estratégica en los conflictos bélicos. Esta llave estratégica se sustenta en un gran porcentaje en este sector.
El desarrollo de la aviación, desde la Primera Guerra Mundial, provocó nuevas necesidades relacionadas con el desarrollo de nuevas características en los aviones en cuanto a motores, fuselaje o combustibles para obtener mayor capacidad de resistencia en vuelo.
Los avances tecnológicos han hecho que se detecten mayores posibilidades en el campo aéreo, es decir, la capacidad de obtener y mantener ventajas. Los ingenieros aeronáuticos siguen enfocándose en desarrollar mejores capacidades de vuelo, lo que supone una superioridad de la aviación en aras de una de las grandes industrias de la humanidad.
Hoy en día estamos instalados en una verdadera encrucijada mundial, donde la teoría del Poder Aéreo de Seversky cobra mayor relevancia. Esta teoría divide en zonas los espacios aéreos de poder. El área de Estados Unidos (América del Norte, Central y Sur). La zona aérea europea-rusa, que se proyecta hacia África, y la zona asiática, con China a la cabeza.
La aviación y sus capacidades estratégicas aéreas han tardado en desarrollarse. Sin embargo, el rápido avance de la aviación ha sido relevante para considerar que hoy en día las condiciones aéreas en las distintas regiones planetarias son un hecho. La industria de aviación es una de las más desarrolladas del mundo, y este es un factor crucial en la toma de decisiones de los distintos actores intervinientes en estrategias geopolíticas. Las estrategias forman parte de cada país, en cuanto al diseño de las políticas de seguridad. Políticas enfocadas en conseguir la disuasión mediante la superioridad aérea.
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