Los servicios médicos aéreos, o aeromedicina, han experimentado un crecimiento espectacular a lo largo de los últimos años. La integración entre el transporte terrestre y el aéreo ha hecho que el número de aeronaves disponibles se haya incrementado exponencialmente.
Los Estados son muy conscientes de la importancia que conlleva, asumiendo la supervisión de todos los protocolos de traslado, servicio y comunicación. Los detalles en relación a las aeronaves, las compañías que las operan o la seguridad aérea se ponen de manifiesto en un marco normativo conciso y extenso.
La cantidad de pacientes que se trasladan a los centros hospitalarios por vía aérea va en aumento, y aunque el coste es elevado, su crecimiento se ha acelerado. Esto hace que las compañías aéreas especializadas en este tipo de asistencia se hayan concienciado ofreciendo soporte operacional específico. Departamentos de control y seguimiento que calculan al milímetro cada vuelo que se realiza, con personal debidamente formado y con una dilatada experiencia en el sector.
El difícil acceso a centros hospitalarios de alto nivel desde zonas rurales o de gran población periférica hace que la evacuación médica tenga que ser rápida y eficaz, así como la planificación y coordinación operativa. Y es la clave de este sector, ya que combina eficacia y eficiencia para conseguir óptimos resultados en la asistencia al paciente.
