“Honor, valor, lealtad”
Justo en el momento de escribir esta columna, sale la noticia de que no será el General Vallín Osuna, sino otro militar de alto rango, el General Carlos Antonio Rodriguez Munguía, quien se hará cargo próximamente de la dirección general de Aviacion Civil.
Por la AFAC y ex DGAC, han pasado directores con todo tipo de perfil profesional y debemos reconocer que, a pesar de los innegables esfuerzos de algunos, no ha habido uno solo que haya podido cambiar de forma y fondo a una agencia de aviación, que sigue estancada en una grave lentitud y burocracia rampante, agravadas por los problemas de todo tipo que causa la crisis por la actual pandemia.
Hay que decir que, aún reconociendo la capacidad de los altos mandos de nuestras Fuerzas Armadas Mexicanas, los resultados no solo no han sido los esperados sino hasta catastróficos en otros países, en donde los militares se han hecho cargo de agencias de aviación civil, como es el caso de Argentina, entre otros.
Personalmente, no me gusta y estoy en contra de la idea de la militarización de nuestro México, pero esperemos que, más allá de consideraciones políticas y éticas, un militar de alto rango, piloto aviador retirado del ejército, pueda ser la respuesta para poner orden en todos los aspectos que tienen que ver con el trabajo que debe realizar nuestra AFAC.
El trabajo no será fácil, el elefante burocrático que ya carga a otro elefante será difícil de mover, a menos que llegue alguien con capacidades de mando y organización muy especiales.
El ADN de los militares es muy distinto al de los civiles y quienes han vivido los dos ambientes lo saben bien, pero si hablamos de un colega piloto aviador que fue militar en la dirección de AFAC, las cosas tienen otro sentido porque suponemos que es alguien que entiende y comprende las necesidades que tiene la aviación de México en su conjunto.
La formación de los militares, con base en la disciplina, el orden, el respeto a las reglas, la eficiencia en su actuación, el honor y la honradez profesional es algo que la gran mayoría lleva en la sangre por siempre y son cualidades que bien podrían ser la solución para resolver los problemas de la AFAC de una buena vez.
Por otra parte, el nuevo director deberá enfrentar grandes retos.
Además de todos los pendientes hasta ahora, no conocemos por completo los resultados de la auditoría que FAA llevó a cabo en la AFAC en los meses anteriores, pero seguramente habrá muchos “findings” y vendrán serias recomendaciones para mejorar el funcionamiento de la Agencia. Ojalá que solo sean recomendaciones.
Por ahora todo parece estar en un impase.
El General Rodriguez Munguíaa, retirado en el 2020 y con un currículum importante, se va a encontrar una AFAC prácticamente detenida o apenas moviéndose desde hace meses, acumulando más de seis mil trámites pendientes tanto en la oficina de licencias a personal técnico como en el departamento de medicina del transporte y ya ni hablar del trabajo del departamento de investigación de accidentes aéreos, entre otros.
En todos los departamentos de la AFAC tenemos gente que vale mucho, que son profesionales probados y con experiencia que tratan de hacer su trabajo pero que, desafortunadamente, no cuentan con los apoyos materiales ni económicos necesarios para hacer una labor eficaz, rápida y eficiente.
Para ellos, que son los que dan la cara al público y se esfuerzan a pesar de los grandes obstáculos, mi reconocimiento.
Lo que hoy pasa con AFAC se entiende mejor cuando en plena crisis pandémica, el gobierno federal ha hecho una reducción importante a los recursos económicos asignados a una Agencia que si algo requiere es justamente de recursos de todo tipo para poder hacer el trabajo que tiene asignado por ley.
No podemos dejar de recordar que la aviación comercial es una cuestión de seguridad nacional y que las autoridades que la rigen deben considerar esto y trabajar en consecuencia.
Estaremos esperando el nombramiento oficial del nuevo director de AFAC y deseamos sinceramente que sea para bien de nuestra industria aérea, la que hoy más que nunca necesita de honradez, reglas claras, rapidez y eficiencia en su manejo… vengan de donde vengan.
