La drástica caída en el volumen de pasajeros está teniendo un gran impacto negativo en las aerolíneas, los aeropuertos y los proveedores de transporte aéreo. Las tarifas de aterrizaje, el volumen de pasajeros, las mejoras y las tarifas de las instalaciones de pasajeros, así como otras tarifas aeronáuticas y no aeronáuticas, son la principal fuente de ingresos para los aeropuertos. Durante los últimos meses, los aeropuertos han estado operando cerca de un entorno de ingresos cero que ha impactado negativamente la capacidad de generar efectivo y preservar su liquidez.

La noticia de la semana pasada a nivel nacional fue la visita del presidente López Obrador a Estados Unidos. Más allá de filias y fobias, se trató de una salida del país muy controvertida, y que nutre los titulares del análisis y la especulación por igual. Hay quien dice que fue un éxito rotundo, mientras que otros apuntan a un fracaso absoluto. Mientras algunos medios tratan de reflejar un entorno enteramente positivo, testimonios de ambas nacionalidades sugieren lo contrario.

El mayor golpe para la industria aérea hoy en día, es la desconfianza que le genera a los pasajeros subirse a un avión. El reto está en reducir al mínimo el riesgo de contagio por Covid-19, tanto en aeropuertos como en cabina y el primer paso es prevenir que el virus esté presente durante el abordaje. En medio de la propia pandemia y por tanto a contra reloj, los esfuerzos de la industria son máximos.