El concepto de sustentabilidad se ha enmarcado por mucho tiempo en un contexto de responsabilidad social, en un tema para cumplir con la norma, pero en la actualidad esta idea ha sido rebasada pues ahora se trata también de un tema de negocio pues los inversionistas ya lo toman en cuenta como uno de sus factores de decisión invertir o no, así lo afirmó Ricardo Dueñas Espriu, director general del Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA).
Durante el panel de sustentabilidad de la Aerospace Summit que se llevó a cabo en la Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2023, el directivo aseguró que ya no es un tema que solamente le concierne a los reguladores, sino que existen ya muchos países se han puesto metas muy concretas de reducción de emisiones de carbono, inclusive de eliminarlas hasta lograr una huella de carbón neutral, “sin embargo ahora nos enfrentamos al reto de su instauración y de que sea comercialmente viable”.
Por su parte, Julio Antonio Díaz, gerente de Protección Ambiental en Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) indicó que desde la perspectiva del gobierno, México tiene metas y compromisos ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), pues es participante del Plan de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA), por lo que el país es parte del compromiso aspiracional para la aviación civil internacional de lograr el Net Zero, es decir, el balance cero emisiones para el año 2050.
“Como gobierno es muy importante entender y sensibilizar a todas las áreas, como lo hace ASA, que trabaja muy estrechamente con la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) para hacerles entender a los integrantes del sector su colaboración en conjunto”, afirmó.
Indicó que de acuerdo a estimaciones a nivel mundial se van a requerir 450,000 millones de litros de combustible de aviación sustentable (SAF) para el año 2050.
“En el caso de México, estamos trabajando en proyecciones, con la AFAC, para determinar cuál sería la meta en específico para actualizar el Plan de Acción, que se creó en 2015, y que a partir de eso podamos poner ya una visión clara, de cuál es el reto que tenemos; hoy en día hemos estimado dar un primer paso para 2030”.
Precisó que es muy probable que se puedan poner una meta de 300 o 400 millones de litros de SAF, y encaminar los trabajos para llegar a esta meta.
“ASA fue pionero a nivel de América Latina en estos temas. Tuvo un proyecto muy interesante con el plan de vuelo en el que participó el sector aerolíneas y con el que se lograron una serie de vuelos verdes, Interjet formó parte, por lo que no es un tema nuevo, ya se tiene la experiencia y ese bagaje de colaboración”, afirmó Julio Antonio Díaz.
A partir del Comité de Medio Ambiente de la AFAC se creó un grupo de trabajo específico para hablar de combustibles sostenibles, el cual, también coordina ASA, desarrollando varias líneas de acción que se enfocan prioritariamente en el tema de normatividad. “Obviamente también estamos considerando el tema de investigación, que es imprescindible; y el de la tecnología para no quedarnos rezagados y depender de otros países”.
Añadió que el gobierno tiene la obligación de generar la normatividad para poder crear el marco regulatorio que se requiere; pero es imposible que lo haga solo, se necesita que la industria esté involucrada, generar acuerdos y tomar decisiones conjuntas.
“Estamos planeando una estrategia de desarrollo a nivel de cadenas regionales, hemos trabajado sobre alguna materia prima para generar SAF y ahora lo que buscamos es que se sumen aeropuertos, fabricantes y todos los actores para que vayamos explorando estos proyectos a nivel regional, en un principio, para ir avanzando hacia otros niveles”, afirmó.
Por otra parte, Díaz destacó que otra acción importante a tomar en cuenta para el futuro es el tema de agua, pues el 60% de los aeropuertos en nuestros países en 2030 van a tener un estrés hídrico muy alto, “entonces realmente necesitamos ponernos a pensar en nuestros aeropuertos, nuestras instalaciones, nuestra industria como un país pionero y como un líder en temas sostenibilidad”.
Por su parte, Guillaume Gressin, vicepresidente de Internacional, Estrategia y Operaciones Comerciales de Airbus para Latinoamérica y Caribe, indicó que se tiene todo para impulsar la sustentabilidad, desde tecnologías, innovaciones, voluntad, hasta financiamiento; sin embargo, -recalcó- lo difícil es lograr la colaboración de todos los actores, no solo de la industria de la aviación, también con los sectores energético, especialistas de medio ambiente y políticos.
“Si no se hace nada, la industria de la aviación podría pasar de producir 2 o 3% de las emisiones mundiales, a producir hasta el 11%”, aseveró.
Explicó que al hablar de SAF, se deben abordar el tema de finanzas y, por supuesto, el político, “donde es muy complejo coordinar las voluntades; por ello, el reto principal parece lo más simple pero en realidad es el mayor desafío”.
Aseveró que Airbus como empresa tiene el propósito de ser pioneros de la industria aeroespacial sostenible para un mundo más seguro y único, “realmente la sostenibilidad está dentro de nuestro ADN”. Agregó que han logrado acciones concretas para validarse en el Science Based Target initiative (SBTi) que es el estándar más alto para planes de descarbonización de la empresas a nivel global, ahí se asentó el objetivo de reducir las emisiones de alcance 1 y 2 de la empresa en un 63% para 2030.
“El objetivo más grande es lograr reducciones de emisiones de alcance 3, o sea, en las emisiones que van a producir nuestros productos durante todo su vida útil, en un avión que podrá volar 25 o 30 años; por ello ya tenemos que empezar a evaluar para poder mejorar y actuar; por ello nos pusimos como objetivo de reducir estas emisiones de alcance 3 en un 46% para 2035”, afirmó Gressin.
Aseveró que para el tema de la sustentabilidad no existe una simple solución para la descarbonización, hay varias y todas se tienen que trabajar en conjunto y un ejemplo de ello es la colaboración en la meta inspiracional de una visión de cero en 2050.
“Otro tipo de solución es la innovación y nosotros como fabricante aplicamos dos niveles: uno de innovaciones incrementales, que siempre hemos hecho como fabricante, que es mejorar continuamente los aviones para que consuman menos combustible; y el segundo es la innovación disruptiva, pero ésta es más difícil de concretar porque habría que cambiar bastante elementos de la cadena de suministro entre otras cosas, por ello es requiere un tiempo más largo”, afirmó el directivo de Airbus.
Indicó que el reto es muy claro, que la industria aeronáutica sea un emisor de CO2 neto de cero, es decir neutral para el año 2050, pero tiene que haber un esfuerzo integrado entre todos, incluidos los temas de legislaciones, de todas las tecnologías que se ven impactadas e introducidas.
Por último, Víctor Moreno, ingeniero principal de sistema de fluidos en GE Aerospace explicó que la empresa está trabajando en sustentabilidad desde hace tiempo, que se puede dividir en tres periodos de tiempo: lo que vivimos actualmente y que llevamos viviéndolo más de una década; por ejemplo incrementos de eficiencia del 40% comparado a motores equivalentes de los años 70’s 80s.
Está el periodo de enfoque a muy corto plazo, donde se busca la implementación del SAF, en el cual se debe garantizar que los motores funcionen con el combustible sustentable. Y, finalmente, está la etapa de inversión en tecnologías en innovación a más largo plazo, esto es al menos 10 años hacia el futuro.
“Dentro de GE Aerospace el primero que se ve representado es el CFM RISE (Revolutionary Innovation for Sustainable Engines), que en conjunto con Safran nos ayuda a hacer mucho más eficientes y de ahí estamos preparando motores híbridos, más eléctricos, en este estamos trabajando en conjunto con la NASA y Boeing. Y una tercera que es el trabajo del hidrógeno, donde el resultado sea agua y no dióxido de carbono; éstas son las tecnologías en las que estamos apostando muy fuerte y hacia el futuro”, afirmó Moreno.
Afirmó que en esta última década, este entendimiento entre actores del sector nos ha llevado a buscar de forma muy proactiva este incremento en las eficiencias.
“Nuestras innovaciones han permitido disminuir entre 15 y 20% menos dióxido de carbono, pero mantenemos otro tipo de compromisos, como la reducción de otros contaminantes como pueden ser los óxidos de nitrógeno o partículas, en los cuales ya estamos actualmente cumpliendo con estándares, que ni siquiera se han implementado oficialmente”, agregó.
El siguiente paso inmediato es SAF, en la cual su implementación probablemente sea la más sencilla, aunque no será fácil, también reiteró la necesidad de instaurar la normatividad para impulsar su implementación y distribución.
“Creo que todos estamos y sabemos a dónde tenemos que ir, sabemos que necesitamos metas concretas, tecnología, colaboración y sobre todo las políticas públicas para poder avanzar”, concluyó.
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