La oficina para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), pretende incrementar el nivel de cumplimiento anual de los países de la región con el fin de que puedan gozar de los beneficios socio económicos que trae la aviación.
“Mi objetivo es que cada año, 3 países incrementen su nivel de cumplimiento a más del 80 por ciento”, declaró en una entrevista con A21, su director regional, Melvin Cintron. A su llegada, hace dos años, decidió establecer una estrategia con los 21 países para implementar las Normas y Métodos Recomendados por la OACI dentro del marco de su iniciativa “Ningún país se quede atrás”.
Casi dos terceras partes de la región estaban por debajo de un 80 por ciento. “El nivel global de cumplimiento es de 63, algo no está funcionando”, declaró.
Melvin trabajó en una estrategia que tiene el fin de ir más allá de la firma del compromiso y resolvió el qué, quién, cómo, cuándo y dónde, a lo largo de 4 fases.
OACI ya se ha encargado de auditar los 191 países, así que primero analizamos toda esa data, detalle por detalle para identificar todo lo que está mal tal como ha sido identificado a través de las auditorías”, explicó.
En la segunda fase detectan las fallas para arreglar el problema sistémico o de raíz. Luego se establece un plan de acción: se avisa al país, se reúnen técnicos de ambos lados, y se hacen las recomendaciones según las prioridades que atender y se llega a un acuerdo que incluye fechas de implementación.
Si el problema escala a la competencia de las autoridades, la OACI, como ente independiente, entabla una conversación con ellos y expone las razones de por qué es necesario atender sus recomendaciones. “Yo tengo una responsabilidad de crear deber político, que se comprometan conmigo como yo me voy a comprometer con ellos”, puntualizó.
Por último la cuarta fase incluye la implementación y el seguimiento a través de teleconferencias trimestrales. Esta estrategia lleva operándose un año y ya logró elevar el nivel de cumplimiento de el Salvador (de un 67 pasó a 86) y Costa Rica (de 70 pasó a 89).
Según Melvin, uno de los mayores retos es conseguir fondos para ayudar a los países, porque aquellos que pueden contribuir con apoyo financiero están atados por su propio sistema, ya que sus préstamos están basados en riesgo según la cantidad de ciudadanos que vuelan a ese lugar.
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