La actual administración de Estados Unidos publicó el Plan Nacional para la Descarbonización del Transporte de su país, el cual fue desarrollado por los departamentos de Energía, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano, y la Agencia de Protección Ambiental.
El anteproyecto histórico promoverá la agenda de transporte limpio del presidente, reducirá drásticamente los costos del consumidor, mejorará la salud pública y aumentará la seguridad energética de la nación
El proyecto es una estrategia histórica para reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte para 2050. Es un hito histórico que permitirá abordar la crisis climática y cumplir los objetivos del presidente Biden de asegurar una red eléctrica 100% limpia para 2035 y alcanzar emisiones netas de carbono cero para 2050.
El Plan se basa en la Ley de Infraestructura Bipartidista y la Ley de Reducción de la Inflación, lanzada por el presidente Biden, “que en conjunto representan inversiones históricas en el futuro de nuestra nación que transformará la forma en que nos movemos y vivimos mientras construimos la columna vertebral de un sistema de transporte más seguro y sostenible”, según expresó la administración.
El convenio será seguido por planes de acción de descarbonización más detallados, que serán desarrollados e implementados por los departamentos gubernamentales que lo integran, en cooperación con los gobiernos a nivel estatal, local y tribal, organizaciones filantrópicas, el sector privado y socios globales.
El sector del transporte, que incluye todos los modos de viaje por tierra, aire y mar para trasladar personas y bienes, representa un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero nacionales, lo que afecta negativamente la salud y el bienestar de millones de estadounidenses, en particular aquellos en comunidades desfavorecidas.
Los costos de transporte son el segundo gasto familiar anual más grande en EU y para los ciudadanos más pobres, la carga financiera del transporte es desproporcionada e insosteniblemente alta.
“El objetivo es garantizar que todos los estadounidenses sientan los beneficios de la transición del transporte limpio: trabajos de fabricación bien remunerados, mejor calidad del aire y costos de transporte más bajos”, afirmó Jennifer M. Granholm, secretaria de Energía.
“La política de transporte es inseparable de la política de vivienda y energía, y el transporte representa una parte importante de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos, por lo que debemos trabajar juntos de manera integrada para enfrentar la crisis climática”, afirmó Pete Buttigieg, secretario de Transporte.
Agregó que cada decisión sobre el transporte es también una oportunidad para construir un futuro más limpio, saludable y próspero. “Cuando nuestro aire es más limpio; cuando más personas puedan conseguir trabajos bien remunerados; cuando todos se mantienen conectados a los recursos que necesitan y a las personas que aman, todos estamos mejor”.
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