Para las autoridades a nivel mundial, el “hueso duro de roer” es el referente a la regulación en materia de drones, particularmente en la administración del espacio aéreo al que se integren estas aeronaves, expresó Haminton Smithk “Hatu”, influencer y especialista en pruebas de tecnología dron.
En entrevista con A21, el especialista explicó que los drones avanzan a un ritmo dos o tres veces más rápido que las normas o regulaciones, lo cual, lamentablemente, se refleja tanto en su buen como en su mal uso.
El influencer, presente en el reciente Congreso de Seguridad Aérea Operacional con Drones celebrado en la Ciudad de México, señaló que las regulaciones están dirigidas a quienes hacen un buen uso de estas tecnologías, mientras que aquellos que las utilizan de manera indebida "no respetan las normas".
“Es necesario estar a la vanguardia, conocer los nuevos sistemas, las capacidades de los drones, las limitaciones, cómo se pueden controlar, para que así se puedan desarrollar o crear normas ajustadas a la realidad, que impulsen al que le da buen uso a los drones y controlen al que le da mal uso”, expresó.
Y es que las normas a nivel mundial aparentemente frenan el desarrollo y el buen uso de esta tecnología, debido a los riesgos asociados con su posible mal uso por parte de grupos delictivos.
“Hay que dejar perfectamente claro: es más el buen uso que se le da a los drones que el malo, pero siempre el ser humano se va a enfocar en lo negativo”, dijo.
“Hatu” expresó que los drones se usan para topografía, fotometría, agricultura, vigilancia, búsqueda de personas, inspección de obras, construcción, seguimiento de termografía, pero pasa un solo caso negativo con los drones y todo mundo habla de eso.
“Lo que permite que se empiece a crear una mala interpretación de la realidad y eso es lo que no puede pasar con las autoridades a nivel mundial; pasa algo malo y eso lo toman como base para crear una norma extremadamente restrictiva”, dijo.
El especialista en drones comentó que el crimen organizado ya ha empezado a usar los drones para atacar a las fuerzas públicas, como ha sido en México y Colombia, pero aclaró que a nivel mundial, la guerra entre Ucrania y Rusia ha servido como ejemplo de cómo hacer mal uso de esta tecnología.
“Tristemente es la realidad de que el conflicto entre Ucrania y Rusia se volvió el mal ejemplo del mal uso de los drones a nivel mundial. Ucrania se le creció a Rusia (sic) usando drones kamikazes y eso se ha dejado ver en nuestra región (América Latina) que es la cruda copia de lo que está pasando”, externó.
Precisó que lo que se comienza a ver en América Latina no es nada nuevo que no esté sucediendo en Ucrania y como en las redes sociales se comparten datos negativos, con una facilidad tremenda, tristemente se ve reflejado en la región.
Smithk dijo que la manera para evitar que esto se replique en los países es necesario que las autoridades investiguen y se asesoren, pues existe la tecnología para neutralizar un dron o quitarle el mando a un operador.
“La tecnología existe, aquí es cuestión de que se asesoren, investiguen para que se le pueda dar un mejor manejo a esta situación, sin que termines reprimiendo u opacando a los que le dan buen uso a esta tecnología”, puntualizó.
El especialista precisó que los drones no son juguetes, aunque sea pequeño se debe manejar con la misma responsabilidad de que si fuera un dron grande, esto es de cultura ciudadana.
“Volar drones requiere un mínimo de sentido común, de responsabilidad, porque así sea pequeño o grande, hay que tener esa responsabilidad para utilizarlo”, aseveró.
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