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04/03/2025

Ética y gobernanza en el uso de recursos espaciales: La oportunidad de México en la Era Espacial

Carlos Duarte / Martes, 4 Marzo 2025 - 01:00

En la Era Espacial, donde la exploración y el uso de recursos espaciales avanzan aceleradamente, es vital que las naciones aborden las dimensiones éticas y de gobernanza de estas actividades. En México, con el reciente anuncio del Gobierno Federal de la creación de un Programa Espacial Mexicano a la altura de las necesidades del país, se presenta la oportunidad única para influir en el futuro del uso de recursos en el espacio.  

El Tratado del Espacio Exterior de 1967, la base del derecho espacial internacional, declara que el espacio debe usarse para el beneficio de toda la humanidad y que los cuerpos celestes no pueden ser sujetos de apropiación por ninguna nación. Sin embargo, no aborda explícitamente la extracción y uso de recursos espaciales, lo que genera ambigüedades. Algunos países, como Estados Unidos, han publicado leyes que permiten a sus ciudadanos poseer y vender recursos espaciales, lo que ha generado debates sobre su compatibilidad con el tratado. Los Acuerdos de Artemis, liderados por la NASA, incluyen principios sobre el uso de recursos, enfatizando que debe ser consistente con el Tratado del Espacio. México, al unirse al programa Artemis en 2020, se ha comprometido con estos principios, pero necesita desarrollar sus propias políticas nacionales para implementarlos.  

Desde la perspectiva de México, como país en desarrollo, es crucial asegurar que los beneficios de los recursos espaciales se compartan equitativamente. No se debe permitir que solo unas pocas naciones ricas controlen estos recursos, perpetuando desigualdades globales. Además, la sostenibilidad es esencial: la extracción debe preservar el entorno espacial para las generaciones futuras, minimizando el impacto ecológico. La transparencia y la cooperación entre naciones también son clave para construir confianza y evitar conflictos.  

México puede tomar medidas concretas para liderar en este ámbito. Primero, podría crear una ley nacional que defina los derechos y responsabilidades de sus ciudadanos y empresas en el uso de recursos espaciales, alineada con tratados internacionales y promoviendo prácticas éticas. Segundo, debería seguir jugando un papel activo en foros internacionales, como el Comité de las Naciones Unidas para el Uso Pacífico del Espacio Exterior (UNCOPUOS), como lo ha hecho hasta ahora, para abogar por un marco global claro, justo y sostenible. Tercero, podría invertir en investigación y desarrollo para fortalecer sus capacidades en tecnología espacial, para posicionarse como un actor clave. Cuarto, la diplomacia puede ayudar a formar coaliciones con otros países que compartan estos puntos de vista, amplificando su influencia.  

Los proyectos AztechSat-1, Painani 1 y 2 y el Proyecto Colmena, son ejemplos de la creciente capacidad espacial de México. El desarrollo de una siguiente generación de proyectos espaciales mexicanos impulsados por el Programa Espacial Mexicano, ofrece una oportunidad para demostrar un compromiso con prácticas éticas, asegurando que las siguientes misiones mexicanas sean sustentables y transparentes, y así dictar el rumbo para actividades futuras.  

La Era Espacial está aquí, y con ella viene la responsabilidad de gestionar los recursos espaciales de manera ética y sostenible. México tiene la oportunidad de liderar, moldeando las normas y regulaciones que gobernarán el uso de recursos espaciales para las generaciones venideras. Al desarrollar políticas nacionales, invertir en investigación espacial y fomentar relaciones diplomáticas, México puede asegurar que los beneficios de la exploración espacial se compartan equitativamente y que el entorno espacial se preserve para el futuro. 

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