Ayer amanecimos con la novedad que se publicó el decreto presidencial que crea “La Agencia Federal de Aviación Civil”, y como lo dice el mismo, con los antecedentes de que dentro de las líneas de acción señaladas en la Auditoría IASA - FAA "International Aviation Safety Assessment Program" (IASA) "Federal Aviation Administration" (FAA) (Auditoría de la FAA y acciones sobre la Recuperación de categoría periodo 2006-2012), se sugirió la creación de un ente regulador del sector aeronáutico civil con autoridad técnica y de supervisión, con mayor autonomía administrativa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; buscando que dicho ente regulador del sector aeronáutico civil permitirá incrementar la supervisión a los concesionarios y permisionarios aeroportuarios y a las líneas aéreas para garantizar rigurosos estándares de desempeño en la infraestructura aeroportuaria y en sus servicios; así como que la eficaz atención y eficiente despacho de los asuntos de competencia de la SCT se requería ya de un órgano administrativo desconcentrado –jerárquicamente subordinado–, especializado en la materia aeronáutica; buscando asegurar el desarrollo oportuno, seguro, eficiente, competitivo, permanente y uniforme de la aviación civil en general, se crea un órgano administrativo especializado en la materia con la autonomía técnica, operativa y administrativa, con competencia exclusiva de tramitación y decisión, necesarias en la materia aeronáutica;
Así pues, como me lo explica con su reflexión el mismo Rodrigo Vázquez Colmenares:
“[...] los cambios ocurren no solo como consecuencia de la necesidad de encontrar mejores soluciones a una problemática, ocurren solo cuando se dan las condiciones para ello.
Por poco más de 10 años nuestra industria ha esperado esta transformación... esta debe ser la oportunidad para que la autoridad Aeronáutica se fortalezca no solo en aras de la aplicación de un mejor y más eficiente entorno normativo, sino que se transforme para convertirse en una plataforma de apoyo normativo, operativo y de desarrollo para todos los sectores de la industria.
La aviación experimental, la aviación recreativa, la aviación no tripulada, la aviación agrícola, los proyectos de manufactura y desarrollo tecnológico, serán áreas de especial interés.
La AFAC será el Foro en donde todos los Concesionarios y Permisionarios tendrán voz para participar en la definición de sus propias prioridades y colaborar en favor de la Seguridad Operacional y los estándares de servicio al público”.
Así pues, tenemos ante nosotros una oportunidad de corregir y mejorar. Tenemos la oportunidad conjunta –autoridad, operadores, prestadores de servicios, consultores, usuarios, etc.– de “construir juntos la aviación en México”. La aviación que nos merecemos no sólo con relación a nuestras necesidades, sino también con base a nuestra historias y con base al futuro que aspiramos. Y sí, creo que hay que decirlo así: “ni Texcoco, ni Santa Lucía son ni el principio ni el final del camino”. En la aviación no existen los callejones sin salida, sino espacio aéreo que explotar al máximo, siempre siguiendo el rumbo bajo las coordenadas que marque la seguridad operacional.
Pero no olvidemos que los “cómos” son tan importantes como los “qués”. Es decir: “Que ya tenemos AFAC”, bien pero “¿Cómo la vamos a hacer?”; “¿Qué tipo de agencia será?”. Sin duda, su prestigio y autoridad no debe ser sólo “legal”, sino también “técnico”; “administrativo” y “financiero”.
No se trata de calcar a la FAA o EASA. Se trata de algo Mexicano para los mexicanos pero en armonía con el estándar internacional. Es prematuro hacer profecías, pero es imperativo e inminente que todos los que laboramos en el sector de la aviación apoyemos y renovemos la esperanza para que, ahora sí, la aviación en México dé el salto que debió haber dado hace 35 años. Hago votos para que este sea un primer paso que luego nos lleve a recuperar el liderazgo no solo operativo, sino también en investigación y desarrollo. (Y esa es otra historia de la que hablaré más adelante).
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