En nuestra columna anterior hablamos de la idea de contar con una paraestatal –posible empresa de participación estatal mayoritaria– que tuviera una base (o tres) en México con flota suficiente para el combate a incendios forestales desde el aire, y que podría ser prestadora de servicios con su personal y flora a estados de la República Mexicana o a Naciones extranjeras en caso de necesidad.
La extinción aérea de incendios implica el uso de aviones y otros recursos aéreos para combatir incendios forestales. Los tipos de aviones utilizados incluyen aviones de ala fija y de ala rotativa (helicópteros). Los saltadores de humo y los rappelers también se clasifican como bomberos aéreos, entregados al fuego en paracaídas desde una variedad de aviones de ala fija, o haciendo rappel desde helicópteros. Los productos químicos utilizados para combatir incendios pueden incluir agua, potenciadores de agua como espumas y geles, y retardadores de fuego especialmente formulados como Phos-Chek.
Así, La extinción de incendios forestales es una actividad de cuidado medioambiental y de seguridad pública que atañe a un diverso grupo de profesionales. Su ejecución gira en torno a tres ejes: el análisis para la extinción, las acciones para la extinción y las unidades intervinientes.
La idea de combatir incendios forestales desde el aire se remonta al menos hasta las observaciones de Friedrich Karl von Koenig-Warthausen al ver un incendio al sobrevolar la Cordillera de Santa Lucía, California, en 1929.
El término aerotanque se refieren a la aeronave de ala fija con base –nomenclatura que se utiliza en los Estados Unidos en la documentación oficial (airtanker). Algunas de estas aeronaves son de tipo anfibio que les permite cargar de modo rápido y en gran volumen agua de embalses o bahías.
Ataque aéreo es un término industrial utilizado para la aplicación real de recursos aéreos, tanto de ala fija como de helicóptero, en un incendio. Sin embargo, dentro de la industria, el "ataque aéreo" también puede referirse al supervisor en el aire (generalmente en un avión de ala fija) que supervisa el proceso de ataque desde el aire a los incendios forestales, incluidos los airtankers, helicópteros y cualquier otro otros recursos de aviación asignados al fuego. El Supervisor de grupo táctico aéreo (ATGS), a menudo llamado "ataque aéreo", generalmente vuela a una altitud superior a otros recursos asignados al fuego, a menudo en un avión de ala fija pero ocasionalmente (dependiendo de los recursos asignados o la disponibilidad de personal calificado ) en un helicóptero.
Dependiendo del tamaño, la ubicación y el potencial evaluado del incendio forestal, el "ataque aéreo" o el ATGS pueden desplegar un ataque inicial (la primera respuesta de los activos en la extinción de un incendio), ó a través de un ataque prolongado –la respuesta continua y gestión de un incendio forestal– que suele requerir recursos adicionales, incluidos motores, tripulaciones terrestres y otro personal de aviación y aviones necesarios para controlar el incendio, y previamente a que se presente uno, establecer líneas de control o líneas de fuego.
Desde mediados del siglo pasado en Estados Unidos, se comenzaron a utilizar medios aéreos en la lucha contra los incendios forestales. Este hecho marcó un antes y un después en la lucha contra el fuego. La gran capacidad extintora de los medios aéreos en cualquier punto del incendio por inaccesible que estuviere, unido a la versatilidad que presentan para transportar dotaciones humanas y materiales hicieron de los medios aéreos una herramienta ineludible en la lucha contra el fuego. En la actualidad su uso se ha extendido por todos los rincones del mundo. Un uso particular es el de los bomberos paracaidistas que existen en gran número en USA.
Observación y vigilancia:
Hoy en día, lo que más se utiliza son helicópteros, pero estoy convencido de que muy pronto serán reemplazados en su mayoría por RPAS de tamaño grande de ala fija y con radio de largo alcance. El avión es una herramienta, que ofrece muchas posibilidades, a la hora de realizar misiones de vigilancia, al constituirse en un punto de observación de enormes extensiones. Además se eliminan las zonas ocultas, no visibles desde los puestos fijos como son las torretas de vigilancia.
El uso de aeronaves convencionales de ala fija suele ser variable en frecuencia, dependiendo del riesgo existente: en caso de detectar un incendio da una información exacta sobre su situación, características y evolución. Uno de sus inconvenientes es la necesidad de disponer de enlace en tierra y de suficientes pistas de aterrizaje.Siempre que sea posible, un técnico experto en comportamiento de incendios forestales debe acompañar al piloto para valorar la peligrosidad de los incendios descubiertos.
Las posibilidades, como medio de extinción, que presentan los medios aéreos son múltiples:
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Descargas de agua o retardante en puntos peligrosos para los equipos de tierra.
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Combate de focos secundarios.
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Actuación en coordinación con los medios terrestres.
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Lanzamiento de agua, con el fin de refrescar las zonas en las que trabajan los medios terrestres (brigadas forestales).
Aparte de las aplicaciones del avión para la extinción directa, también se puede utilizar en ataque indirecto, lanzando productos retardantes, en las zonas sin quemar, para formar una barrera que detenga la marcha o avance del incendio. Por supuesto, esto siempre en coordinación con los medios terrestres.
En este sentido, la película “Only The Brave” (Sony, Joseph Kosinski, 2017), es ya todo un clásico.
El calentamiento del planeta sigue su curso, bastará con que se verifique el aumento de su temperatura promedio en dos grados para empezar a atestiguar, al igual que como vemos con los huracanes y tifones, su multiplicación. Hay que estar preparados.
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