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05/11/2024

Los 50 años del vuelo del primer Airbus

Juan A. José / Martes, 1 Noviembre 2022 - 20:30

No tiene usted una idea, estimado lector o lectora, de lo agradecido que estoy con quienes se aseguran de recordarnos las efemérides del día. Caso, por ejemplo, en el ámbito aeronáutico mexicano, de Manuel Cavero y Fernando Morlett, este último editor de ese “periodiquito” que apenas acaba de cumplir sus primeros cinco años de vida, una décima parte de los que hoy me entero cumplen en el aire los aviones del fabricante europeo Airbus.

“L´Epopée du Ciel Clair, de Lindbergh a l’ Airbus”, de la autoría de Lew Bogdan del año 1988, es una obra digna de ser atesorada por aquellos para los que una aeronave es algo más que un vehículo de transporte aéreo, o para los que un Airbus A380 no es solamente una impresionante máquina, sino una obra de arte.

Cuando adquirí el libro de Bogdan comencé a leerlo tan pronto me fue posible. Debo confesar que, en mi decisión de incorporarlo a mi biblioteca, tuvo mucho que ver la relación que el autor da a la historia de Airbus con el papel de Charles Lindbergh en la industria aeronáutica mundial.

El texto, lejos de decepcionarme, me regaló muchas cosas, como un particular aprecio hacia una aeronave en particular, a la que no me cuesta trabajo definir como una de las más importantes de la historia, tanto así que la ubico en la misma categoría en la que tengo al propio “Espíritu de San Luis”, es decir las que cambiaron la historia y entre aquellas que merecen ser preservadas integralmente en el mejor museo aeronáutico del mundo. Me refiero al Airbus A300 B1, número de serie, no debe haber sorpresa alguna aquí, 001, originalmente matriculado F-FUAB, posterior y finalmente F-OCAZ, cuyo primer vuelo tuvo lugar, como el Concorde, desde el Aeropuerto Toulouse-Blagnac, Francia el 28 de octubre de 1972. Desgraciadamente, e ignoro a quien debemos atribuirle tan lamentable decisión, la aeronave fue desmantelada en agosto de 1974, preservándose solamente algunas partes de ella en el Deutsche Museum de Munich, Alemania.

Si tomamos en cuenta que además de esas más de 13,500 aeronaves comerciales que ha fabricado, Airbus ha construido casi 2,000 aeronaves militares y más de 1,2000 helicópteros. Independientemente de otros equipos, como los drones y cohetes, me parece que el primero de todos ellos, es decir, ese ahora mítico primer A300, asciende a los más altos niveles en la historia de las construcciones aeroespaciales mundiales, haciendo honores a una Europa y a una Francia en especial, que desde los hermanos Montgolfier a la fecha, se ha constituido como el alma del vuelo humano.

“No pedimos ser eternos, tan solo pedimos que nuestros actos de repente no pierdan sentido”, escribió, hablando de grandes franceses, Antoine de Saint-Exupéry. El primer Airbus no resultó eterno, pero sin duda, su efímera existencia sigue teniendo enorme sentido.

 

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