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23/11/2024

Eso de que el Seneam se guarde información de incidentes

Juan A. José / Martes, 3 Mayo 2022 - 21:47

Me entero por medio de una nota publicada en el portal de noticias aeronáuticas A21 el pasado 11 de abril, que en los últimos meses se ha registrado un aumento significativo del número de incidentes aéreos, texto en el que además se informa que según diversas fuentes consultadas por ese medio (A21), “el Departamento de Análisis de Accidentes e Incidentes de la AFAC a cargo de Constantino Tercero ha recibido denuncias anónimas por parte del personal de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), debido a que la dependencia a cargo de Víctor Hernández, no envía la información necesaria a la autoridad”.

Esto último no es nada nuevo; hace algunos años me enteré de un serio incidente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que pudo haber causado la colisión en vuelo de dos aeronaves comerciales, uno de ellos nada menos que un Boeing 747. Me quedé estupefacto cuando “alguien”, no puedo, ni pretendo decir quién, pero sin duda conocedor de lo que habla, me comentó que el SENEAM había negado la grabación de las comunicaciones entre las aeronaves y los servicios de control de tránsito aéreo a la entidad investigadora, por lo tanto, la misma no tenía elementos para determinar las causas del preocupante incidente.

¿Cómo es posible, -me pregunto-, que los investigadores a cargo, dependientes de la autoridad correspondiente, en este caso la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes de México, no tengan acceso a la información que requieren para analizar un incidente en manos de un simple prestador de servicios? Y es que no hay que olvidar que el SENEAM, por más importante que sea y con todo y que ahora vaya a ser copado y por ende vigilado por el Ejército Mexicano, no deja de ser eso: un prestador de servicios de control de tránsito aéreo que debe ser supervisado técnicamente por la autoridad aeronáutica civil nacional, ateniéndose a lo que ella determine o le requiera, y más en asuntos tan relevantes como son el análisis de las causas que dieron origen a un incidente o accidente de aviación civil.

¿Temas sindicales para proteger a integrantes del gremio? ¿Temas de corrupción que no se desea sean descubiertos? ¿Falta de recursos para recopilar, preservar y entregar evidencia? ¿Errores? ¿Falta de capacitación? ¿Algo más?
¿A quién le sorprende entonces que la autoridad norteamericana haya degradado a su contraparte mexicana? Lo sorprendente es que no la hayan degradado aún más todavía, o que otras autoridades a cargo de espacios aéreos en los que las aeronaves mexicanas operan no hayan hecho lo mismo.

Lo he dicho repetidamente: en lo aeronáutico civil no nos podemos dar el lujo de bajar la guardia en lo que toca a seguridad. Lo que estoy tratando en esta entrega sin duda habla de que la estamos descuidando, y eso, hay que decirlo con todas sus letras, puede ser preludio para un evento llamado accidente, que esperemos no nos veamos pronto en la necesidad de lamentar.

Creo que es tiempo de comenzar a hacer las cosas como se deben en la aviación civil mexicana, es decir, como lo manda el sentido común, pero en especial, como lo dicta la normatividad nacional e internacional, comenzando por la emanada del Convenio de Chicago sobre Aviación Civil Internacional.

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