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22/11/2024

La pandemia ha evidenciado la fragilidad del aerotransporte ante contingencias

Juan A. José / Miércoles, 2 Febrero 2022 - 19:38

Este comentario editorial virtualmente lo redacté conforme en una reciente entrevista televisiva, un grupo de analistas abordábamos el tema del impacto de la pandemia en las aerolíneas, momento en el que no pude dejar de pensar y de compartir con mis interlocutores y lo más importante, con la audiencia, mi opinión de que se valida la hipótesis que algunos estudiosos de la aviación comercial han sostenido en el sentido de que la aviación comercial es particularmente vulnerable ante cualquier amenaza a la seguridad, poder adquisitivo o continuidad de las operaciones, llevando ya sea a la demanda como a la oferta a reaccionar de manera particularmente virulenta en perjuicio de las compañías aéreas.

Agregué que la magnitud de la amenaza tanto para usuarios como para prestadores de servicios representa el Covid-19 es de tal magnitud, que ha expuesto la enorme fragilidad del medio aéreo, el cual, tal y como se ha documentado ampliamente, ha sido uno de los sectores más impactos negativamente por los efectos de la emergencia sanitaria mundial.

Y es que por una parte, no solamente el público, llámese hombres de negocios, turistas, funcionarios, deportistas, peregrinos, etcétera, ha viajado menos por vía aérea por decisión propia, sino que además, algunos gobiernos han cerrado fronteras y aeropuertos y varias aerolíneas han llegado a extremos de dejar de operar, integrando un peligroso coctel que compromete el futuro de una parte importante de esa conectividad aérea global que por lo menos hasta el fin del año 2019 apuntalaba el desarrollo comercial, turístico y la integración nacional, regional y global de las sociedades y sus economías.

El problema se agrava en algunas naciones, como me temo es el caso de México, en las que su aerotransporte no ha recibido el reconocimiento y el tratamiento propio de una actividad estratégica que debe ser respaldada política, técnica, regulatoria y presupuestalmente bajo una visión a futuro, es decir, una plan de acción de largo plazo. Mientras el gobierno federal no comprenda lo importante que es la aviación comercial, pero también lo frágil que es, los mexicanos seguiremos viendo como la oferta de aerotransporte de bandera verde, blanco y rojo con un águila como escudo, seguirá erosionándose a nivel nacional e internacional tanto en términos cuantitativos, como cualitativos.

Los aeronáuticos tenemos el deber moral de hacerle saber nuestra preocupación a las autoridades y a reclamarles acciones inmediatas para cambiar la tendencia, de lo contrario, tal y como ha ocurrido en otras geografías, la prestación de servicios de pasajeros y carga en nuestro territorio estará crecientemente en manos de compañías extranjeras, algo que me da la impresión que dado el tamaño e importancia histórica de la aeronáutica mexicana, no es la mejor noticia.

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