El tema de la fatiga en el medio aeronáutico es de extrema importancia, en cualquier actividad es algo que debe tomarse en cuenta, pero en aviación y dado que se manejan operaciones en las que están involucradas personas de manera directa el tema es algo que no debe postergarse.
A diferencia de otras disciplinas, en aviación, las consecuencias se reflejan casi de inmediato, quienes están involucrados en la aviación son los pilotos y los controladores y un pestañeo o quizá algo que los distraiga o les desvíe la atención del desarrollo de su trabajo pondría en verdadero, no riesgo, sino en peligro franco la seguridad de la operación de las aeronaves.
El pasado 10 de marzo salió una noticia refiriéndose al tema que menciono. En un vuelo de la aerolínea indonesia Batik Air realizado por una aeronave A320 el día 25 de enero de 2024, de la ciudad de Kendari, al este de Indonesia, hacia la capital del país, Yakarta. Durante el trayecto el comandante de la aeronave solicitó a su copiloto que le permitiera descansar un “rato”, el piloto duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos tomando la siesta, se despertó y nuevamente le dijo al copiloto que continuaría durmiendo si no tenía inconveniente. Después de un tiempo el capitán se despertó y se dio cuenta de que el copiloto también se había quedado dormido, el avión estaba desviado, el capitán corrigió el rumbo y se comunicó con los centros de control que aplicaba.
Resulta que la aeronave había permanecido veintiocho minutos con ambos pilotos dormidos, situación que alarmó a los centros de control que reportaron la anormalidad, seguramente el centro de control se percató de un cambio de rumbo o de alguna situación diferente de la esperada. Por fortuna no hubo consecuencias y la aeronave con sus ciento cincuenta y tres pasajeros y cinco sobrecargos pudo aterrizar sin contratiempos en su destino con alguna demora, pero fuera de toda lógica de vuelo.
Por supuesto que una situación así crea un ambiente de inseguridad en toda la zona en que está volando la aeronave con problemas, gracias a la existencia de los radares en los centros de control no hubo consecuencias que nos llevaran a situaciones qué lamentar.
Alguna vez me preguntaban o comentaban en una reunión con cierto grado de mala intención o de broma, “¿está permitido que los pilotos se duerman en los aviones?”, mi respuesta fue que sí, tan es así que hay aeronaves que cuentan con facilidades para el descanso horizontal, es decir, para dormir, en los aviones, puede decirse un camarote. Claro que esto se permite en aviones que realizan vuelos muy largos con jornadas extremadamente extensas. Por supuesto que en vuelos cortos no se permite que los pilotos se duerman, ni siquiera avisándole al compañero para que lo cubra, la consecuencia es la que estamos platicando en este vuelo de Batik Air. En el caso de la situación presentada en este vuelo las autoridades están interviniendo, van a investigar qué es lo que está pasando, ¿por qué se puso en peligro el vuelo? ¿Están los pilotos teniendo el descanso adecuado? Y otras interrogantes que ayuden a encontrar las verdaderas causas.
Habría que ver el problema desde dos perspectivas: una es si los pilotos están fatigados porque no realizan sus descansos de una manera adecuada, es decir, respetando los horarios de sueño, y la otra llevando a cabo un análisis de las jornadas de trabajo, si se están extendiendo demasiado las jornadas de los vuelos. En el primer caso se antoja muy difícil establecer patrones de conducta ideales; cada persona sabe de qué debe preocuparse más y de qué preocuparse menos, lo que se puede hacer es tratar de hacer que la gente se interese por dormir de mejor manera, de tomar las cosas de una manera más tranquila, de alguna manera checar psicológicamente, a través del comportamiento, si los pilotos están descansando adecuadamente.
Por el lado del diseño de las jornadas de trabajo en combinación con el número de aterrizajes y despegues diarios, que son los momentos de mayor estrés, tratar de no exagerar estos. En ambos casos se hace necesario monitorear el grado de cansancio que presentan los pilotos de alguna forma y máxime cuando se tenga sospecha de un abuso de tiempos de vuelo, diario y acumulado, por ejemplo, en un mes.
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