Un Mundo nos vigila"
Pedro Ferriz Santacruz
Alrededor del 99% de todos los pilotos aviadores del mundo saben lo que son las grabadoras de voz y de vuelo instaladas a bordo de miles de aviones que operan alrededor del planeta. De estos, el 75% conocen su funcionamiento más a fondo, debido a sus adiestramientos terrestres, mientras que un 25% ha investigado más profundamente y quizá el 1% de los mencionados son verdaderos expertos sobre estos componentes.
Los micrófonos de la grabadora de voz se encuentran en la cabina de mando y registran todo tipo de comunicaciones por radio y las conversaciones que se llevan a cabo en cabina entre los pilotos. La famosa "caja negra" (que no es negra sino color naranja para mejor identificación), registra los más datos de vuelo importantes como altitudes, trayectorias, velocidades, fuerzas de gravedad, descensos, ascenso, parámetros de motores y sistemas, etc. Esta se encuentra instalada en el empenaje de los aviones, debido a que es ahí donde se tienen mayores posibilidades de encontrar los menores daños en caso de algún accidente.
De acuerdo a lo anterior, resulta claro que cuando un avión se encuentra en vuelo los directores de aerolíneas, las autoridades locales, las internacionales, la policía, los fabricantes de todos los componentes de una aeronave, investigadores, jueces, nuestros amigos y familiares se pueden enterar de lo que dijimos o no dijimos o de lo que hicimos o dejamos de hacer al mando del avión en caso de un accidente.
A pesar de que prácticamente el mundo los está "viendo” y que los aviadores están perfectamente conscientes de ello, en todas partes hay pilotos que siguen haciendo cosas y diciendo otras a bordo de sus aeronaves que si fueran descubiertas serían suficientes para ser castigados o acusados de un crimen por atentar contra la seguridad de las operaciones, tal y como sucede en algunos países del otro lado del mundo.
En los últimos tiempos, se ha visto un gran aumento en la difusión en las redes sociales de videos y grabaciones de todo tipo que son filmadas desde las propias cabinas de vuelo, como las condiciones meteorológicas adversas, los aterrizajes por medio de instrumentos, las complicadas aproximaciones a aeropuertos con condiciones de vientos casi huracanados, nieve, lluvia, granizo, baja visibilidad etc. y también, es cierto, podemos ver las maravillosas aproximaciones en condiciones visuales y vientos en calma, bellísimos atardeceres y amaneceres de película.
Debemos aceptar que en cada uno de esos videos no oficiales tomados por los propios pilotos que, por cierto, incluyen a muchos durante sus primeras horas de escuela, muestran una buena dosis de exhibicionismo y de narcisismo puro, que ha provocado una competencia inconsciente entre los propios pilotos para determinar quiénes son los mejores y quiénes tienen las mayores habilidades para volar un avión. Aunque muchas veces se les olvida que atrás de la puerta de la cabina de mando hay cientos de pasajeros que ponen su vida en sus manos y que no desean ni circo ni teatro, ni tampoco artistas de películas de Hollywood, sino un vuelo seguro en manos de pilotos profesionales responsables, comprometidos y conscientes de todas las limitaciones que se pueden encontrar durante la operación de un vuelo y que sepan cómo lidiar con ellas.
Son famosos los videos en redes de aeronaves aterrizando con vientos completamente fuera de límites y son de llamar la atención los comentarios de gente ignorante del tema que podemos encontrar calificando a los pilotos como "increíbles”," valientes”, "hábiles", "excepcionales" porque logran aterrizar en estas condiciones. Aunque hayan arriesgado de manera increíble, la vida de sus pasajeros cuando lo más sencillo y recomendable en estos casos es discontinuar el aterrizaje, efectuar una ida al aire y si es necesario iniciar vuelo al aeropuerto alterno para aterrizar sin complicaciones, quienes actúan así son los pilotos verdaderamente excepcionales por ser seguros.
A lo largo de los años, la aviación ha pagado con muchas vidas. La irresponsabilidad, la inconsciencia, la complacencia y hasta el narcisismo de algunos han causado esto debido a que el mayor porcentaje de accidentes aéreos se debe al factor humano.
Hace unos años trabajando en el otro lado del mundo, me enteré del caso de un avión Boeing 737-800 con 137 pasajeros a bordo volando entre Estambul y Viena el cual viajaba en magníficas condiciones de tiempo y con visibilidad casi ilimitada tuvo que aterrizar en la calle de rodaje en vez de hacerlo en la pista autorizada.
En esa calle de rodaje, afortunadamente, no había ningún otro avión lo que hubiera causado una verdadera tragedia. Sin embargo, todo quedó grabado en la cámara Pro personal del primer oficial que manejaba una de los sobrecargos sentada en el asiento del observador.
Las consecuencias de este error de confusión de calle de rodaje con pista quedaron registradas en video y cayeron en manos de la autoridad turca, la cual rescindió el contrato a los dos pilotos y al sobrecargo y tres meses después. Ambos pilotos fueron sentenciados a la pérdida definitiva de su licencia, 100 mil liras turcas de multa y cuatro meses de detención en una cárcel de Estambul.
No cabe duda, la complacencia es la madre de miles de errores y muchos de ellos se pueden evitar recordando siempre y en cada vuelo que el piloto está siendo monitoreado.
Antes de filmar su cabina y las maravillosas habilidades de vuelo, estos individuos bien harían algunos aviadores en recordar que al mejor cazador se le va la liebre y que cualquiera puede cometer un grave error que no solo registran las grabadoras de a bordo, sino que ahora y para colmo también queda registrado a todo color en sus propias cámaras y micrófonos personales.
Es muy cierto, “un mundo nos vigila" y a pesar de ello cuando vuelan, algunos se exhiben como valientes domadores de circo, lo graban en video y lo hacen público.
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