El Aeropuerto Internacional de Schiphol en Ámsterdam busca convertirse en el aeropuerto central más sostenible del mundo y llegar a la emisión cero de CO2 para 2030, a través de una estrategia enfocada en la utilización de vehículos eléctricos, energía sostenible y economización de sus recursos.
Desde 2012 Schiphol alcanzó la neutralidad de emisiones a través del ahorro de energía y compensando las emisiones que aún generan.
“Nuestra sala de arribos y embarques es de 1967. Hacer que un edificio antiguo sea energéticamente más eficiente es todo un desafío. Nos hemos fijado un objetivo: cada año el aeropuerto debe ser un 4% más eficiente. Y lo hemos logrado ampliamente, llegando en 2018 incluso al 6%”, informó el aeropuerto.
El aeropuerto neerlandés reporta que desde marzo de 2018 han circulado 100 autobuses eléctricos de transporte público en él y sus alrededores, además de que utiliza 37 autobuses para transportar pasajeros desde los aviones hasta las puertas de embarque, y prevé introducir trenes de equipaje, plataformas de carga, traslados de hoteles, camionetas de catering y automóviles para alquiler que funcionen con electricidad.
Para la generación de energía sostenible, Schiphol ha implementado tecnologías de paneles solares y de energía eólica. Desde 2018 este aeropuerto funciona en 100% con energía eólica de la empresa Eneco. Asimismo, cuenta con sistemas de almacenamiento de energía calorífica en el suelo, utilizada para calentar la terminal, haciendo que utilice menos gas y reduciendo las emisiones de carbono.
Entre las medidas que la terminal ha implementado para utilizar más eficientemente sus recursos energéticos está la sustitución de máquinas de refrigeración por unidades de tratamiento de aire con almacenamiento de calor, el uso de lámparas LED en alumbrado público y en estacionamiento, desconexión de equipos cada que sea posible y la inclusión de condiciones sostenibles para las licitaciones de equipo informático o de paneles informativos.
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