El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tenía más movimiento de lo habitual, lo que dejaba saber que no era un martes que transcurriría de manera ordinaria.
En el ambiente se percibían nervios y tensión por parte de los trabajadores del aeropuerto y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por tener una logística perfecta. No obstante lo que más se percibía en el aire era la emoción de empleados, funcionarios y prensa, así como de los ciudadanos que se acercaron a las inmediaciones del recinto, de saber que la espera para el primer aterrizaje del Airbus A380 en la Ciudad de México llegaba a su fin para dar inicio a una nueva historia.
Los testigos del “despegue” de la aviación mexicana, que representa este aterrizaje, estaban atentos a la postal que el cielo y el A380 les regalarían por primera vez, la cual se repetirá una vez a la semana, y a partir del 26 de marzo de manera diaria.
Desde los momentos previos al aterrizaje, los tuits, videos a través de Periscope, las fotos en Instragram, así como las publicaciones en Facebook mostrando la impaciencia que los momentos previos a la llegada del avión causaba, no se hicieron esperar, siendo así que a partir de las 18:16 horas, cuando Juan Antonio José, académico aeronáutico, maestro de ceremonias del evento, advirtió a los asistentes que el A380 estaba a ocho minutos de aterrizar, la emoción incrementó y los segundos se sentían eternos.
Luego de más de 12 horas, el vuelo AF438 procedente del Aeropuerto Charles de Gaulle, París, Francia, con matrícula FHPJH, operado por Air France, que tenía estimado aterrizar en suelo mexicano a las 18:40 horas del 12 de enero, trajo en su primer aterrizaje una sorpresa: aterrizar antes de lo previsto.
A las 18:23 horas, cuando el sol comenzaba a ocultarse para dar llegada a la noche, los asistentes al AICM vieron por primera vez en el cielo de la Ciudad de México la silueta del avión más grande del mundo acechando las pistas del recinto, y un minuto después la tripulación de la aeronave realizó de manera exitosa el primer aterrizaje oficial del A380 en el aeropuerto Benito Juárez.
Pese a que esta nave tiene una longitud de 73 metros y una envergadura de 79.8 metros, es la más silenciosa, por lo que a su llegada no se escuchó ningún estruendo, en cambio, al momento en que las 22 ruedas del A380 tocaron por primera vez suelo mexicano, el sonido de fondo fue El son de la negra, entonado por Marichis, como parte de la festividad que generó que este avión llegara por primera vez a un aeropuerto latinoamericano, y sobretodo mexicano.
El primer vuelo que un Airbus 380 realiza a Latinoamérica y precisamente lo realiza aquí, a la Ciudad de México, lo cual fortalece la relación entre México y Francia”, indicó Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT.
Dos minutos después del aterrizaje, la aeronave fue tutelada por un vehículo guía, proceso que sucederá en los primeros aterrizajes como parte del protocolo de seguridad, para ser “bautizada” de acuerdo con la tradición aérea, que consiste en ser mojada por dos vehículos del aeropuerto con el fin de darle la bienvenida en su primer aterrizaje y desearle buena suerte en los viajes que tendrá durante su vida operativa.
Luego del tradicional bautizo, la cabina de pilotos abrió sus ventanillas para que tanto la bandera de México como la Francia ondearan desde el avión, mientras éste continuaba su camino rumbo a las posiciones 33 y 36 de la Terminal 1 del AICM en donde luego de apagar motores, al ritmo de Cielito lindo, 516 pasajeros, 17 sobre cargos y tres pilotos descendieron del avión, formando parte de la historia aérea de México y del A380 en el AICM.
Al evento asistieron además la Subsecretaria de Transporte Yuriria Mascott Pérez, la Embajadora de Francia en México, Maryse Bossière; el titular de la Secretaría de Turismo, Enrique de la Madrid; así como el Secretario de Turismo del Distrito Federal, Miguel Torruco Marqués; y los directores generales de Air France México, Erick Caron; Aeroméxico, Andrés Conesa; y de Interjet, Miguel Alemán.
Twitter: @Irale1427
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