Pablo Chávez Meza
Más voces se suman a la alerta y preocupación por la emisión del decreto por el cual se busca, de manera unilateral, reducir las operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La Cámara Nacional de Empresas de Consultoría (CNEC) y el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), manifestaron, por separado, su apoyo a la preocupación de la Cámara Nacional de Aerotransporte (CANAERO).
Para la CNEC, la medida planteada no resuelve la verdadera problemática: el deterioro en el que se encuentra actualmente la infraestructura del AICM, así como la falta de inversión.
Desde 2019 se determinó que el terreno donde se encuentra presenta hundimientos de hasta 30 centímetros por año, lo que hace urgente contar con especialistas para controlar el deterioro estructural, dijo.
Por ello, “hacemos un respetuoso llamado a las autoridades del sector para que expertos en planeación participen en la definición de soluciones que contribuyan a dar viabilidad no solo al AICM en el corto, mediano y largo plazo, sino a una industria que en los últimos 5 años ha dejado una derrama económica de 750 millones de dólares”, señaló la Cámara.
“Las empresas consultoras nacionales tienen el conocimiento y la experiencia, por lo que están listas para participar en ese proceso. Muestra de ello es el trabajo que llevan a cabo actualmente para contar con un Plan Nacional de Infraestructura a 2050, y que será dado a conocer por nuestra Cámara en abril del próximo año”, detalló.
Por su parte, la CNET dijo que limitar en mayor medida las operaciones en el AICM, como se ha venido haciendo, puede resultar caótico en términos de conectividad y disponibilidad de vuelos.
Braulio Arsuaga, presidente del CNET, advirtió que “como gremio que representa al 98% de las empresas que conforman el sector turístico, respaldamos a la CANAERO y nos unimos en su llamado a las autoridades para que cese esta situación que pone en riesgo la conectividad y disponibilidad de vuelos, lo que representaría un duro golpe al turismo”.
Además, añadió, respaldan la petición de la CANAERO para que sean incluidos en las mesas de trabajo expertos en aerotransporte, quienes podrán construir, con las autoridades, una estrategia que solucione de fondo las necesidades de la demanda actual y futura.
El presidente del CNET coincidió con la Canaero en que el problema de raíz no es la capacidad de operaciones que se tienen en el AICM por hora, sino la antigüedad de la infraestructura y su evidente deterioro que impide una operación óptima en detrimento de los usuarios.
Cabe señalar que el AICM evalúa una segunda reducción de operaciones, bajo el argumento de saturación y seguridad, pero a finales de 2022, el aeropuerto y las aerolíneas acordaron una reducción en el tope de operaciones por hora de 61 a 52 vuelos, lo que llevó a las empresas nacionales y a algunas de Estados Unidos a dejar de operar cientos de slots.
Arsuaga Losada comentó que el AICM prohíbe el aterrizaje de operaciones en horarios no autorizados y eso está bien para un reordenamiento, pero preocupa que hay vuelos que se salen de su horario por causas ajenas a las empresas y los usuarios.
Entre las causas, dijo, están el mal clima y otras circunstancias externas como sucede en todo el mundo, por lo que desviar los vuelos implica una afectación a la conectividad que costaría muy caro en términos de prestigio, llegada de turistas e ingresos por turismo.
La saturación de espacios y edificios terminales, evidencia fracaso del AIFA
Por su parte, Pablo CasasLías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico-Aeronáuticas (INIJA), expresó que la reducción de los slots en el AICM, así como la saturación de su espacio aéreo y edificios terminales (1 y 2), evidencian el rotundo fracaso del aeródromo militar en Santa Lucía.
A través de un comunicado, explicó que el AIFA no descongestionó el espacio aéreo ni el tráfico de pasajeros del AICM.
“Hay una voluntad absurda del Gobierno, en pretender que el pasajero vuele por decreto desde y hacia Santa Lucía. Inclusive, habrá que sumar al costo de la cancelación del aeropuerto en Texcoco, como fue la pérdida de lo invertido; las penalizaciones por la cancelación de contratos; el pago de los bonos y la Fibra-E emitidos para su financiamiento”, expresó.
No se puede pasar por alto que, la única razón para construir un aeropuerto en la zona metropolitana era el descongestionamiento del espacio aéreo. Lo que no se logró, sostuvo.
Recordó que el 5 de junio de 2020, la hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), emitió el “Comunicado-129-2020”, donde informaba sobre la construcción de la Terminal 3 del AICM, con 17 posiciones, cuyo objetivo era mejorar la atención a pasajeros; sin embargo, debido a la pandemia, las necesidades operativas cambiaron.
Ante esta situación la SCT, en marzo de 2022, se inauguró el AIFA en el Estado de México, con una capacidad inicial para 20 millones de pasajeros, por lo que la capacidad adicional en el AICM derivada de la construcción de la T3, resultaría ya innecesaria, por lo que propuso la cancelación del proyecto.
Por ello, CasasLías dijo que resulta evidente el hecho de que el deterioro del AICM, los estudios necesarios para remediar los hundimientos, el mantenimiento de pistas y rodajes, así como la necesidad de una T3, desde el inicio de la actual administración, fueron de su conocimiento y a pesar de eso, canceló las obras necesarias.
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