Un componente esencial en la construcción aeronáutica moderna es el titanio, presente en numerosos elementos de los aviones, desde el armazón del fuselaje hasta el tren de aterrizaje. Este metal de gran resistencia a la tracción, resistente al calor y la corrosión, ofrece una alta relación resistencia-peso, lo que resulta crucial para reducir el consumo de combustible en la aviación.
El uso del titanio en la fabricación de aviones ha ido en aumento con el tiempo, llegando a representar casi el 15% en modelos contemporáneos como el Boeing 787-9. Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 impactó la cadena de suministro de titanio, llevando a Airbus y Boeing a reorganizar sus fuentes de suministro para evitar la dependencia de Rusia.
Boeing, que previamente tenía una colaboración con una empresa rusa, decidió suspender la compra de titanio ruso en marzo de 2022. Airbus también anunció su intención de dejar de adquirir titanio ruso, aunque la transición ha sido un desafío. La escasez y los altos precios del titanio llevaron a la industria a buscar soluciones, reorganizando la producción y buscando fuentes alternativas de materia prima para mantener su ritmo de producción.
El mercado mundial del titanio experimentó un aumento significativo de precios tras la invasión rusa, pero ahora se ha estabilizado en cierta medida. A medida que este metal se vuelve más escaso y valioso, se explora la posibilidad de recuperar y reciclar virutas del proceso de corte para reutilizar el titanio en la fabricación de aviones, lo que podría ayudar a enfrentar los desafíos de suministro en el futuro.
Facebook comments