La aviación brasileña es mucho más que un medio de transporte, pues sus beneficios se extienden a una amplia cadena de valor que genera desarrollo y oportunidades, incluso en lugares remotos, según la investigación realizada por el periodista Fabio Steinberg en un estudio encargado por IBS Software, que contó con el apoyo de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
“Soy un entusiasta del futuro de la aviación en Brasil. Hay retos, pero hay muchas más oportunidades. La clave es seguir trabajando juntos con una Agenda de Estado en el país, lo que debe incluir a las autoridades, las compañías aéreas, los aeropuertos, los proveedores de servicios y las asociaciones. Juntos podemos encontrar formas más eficientes de prestar mejores servicios esenciales a la población”, declaró José Ricardo Botelho, director ejecutivo & CEO de ALTA.
Basado en la investigación de datos y entrevistas a más de 30 actores relevantes del mercado, el informe esboza un panorama de la industria e identifica retos y oportunidades para la aviación brasileña.
Brasil registra 0.5 viajes aéreos anuales en promedio por persona, una cifra muy baja comparada con las presentadas en Estados Unidos (2.6), España (4.5) o Chile (1.2), lo que indica un enorme potencial de crecimiento, sobre todo si tenemos en cuenta el tamaño de la población brasileña, su economía y la dimensión territorial del país.
La realidad postpandémica ha llevado a la gente a optar por lugares con naturaleza y al aire libre. En este sentido, Brasil tiene mucho para ofrecer por su fantástica diversidad. Sin embargo, movilizarse hacia y en el país depende casi por completo del transporte aéreo y de los 5,500 municipios brasileños, sólo unos 130 están cubiertos por rutas de aviación comercial.
Según la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), de enero a agosto de 2022, 53 millones de pasajeros en vuelos nacionales y 1.4 millones de pasajeros en vuelos internacionales utilizaron 213 aeropuertos brasileños en vuelos regulares. Esto supone un crecimiento del 49% en vuelos nacionales y del 355% en vuelos internacionales, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Según la Asociación Brasileña de Líneas Aéreas (ABEAR), la calidad de los servicios prestados por las compañías aéreas brasileras, evaluada en términos de puntualidad y regularidad, es comparable a la de las compañías aéreas estadounidenses. Asimismo, las quejas de los pasajeros sobre los servicios de las compañías aéreas que operan en Brasil son similares en ambos países. Sin embargo, existe una gran diferencia en la formalización de las denuncias en Brasil y, en consecuencia, en la judicialización de los litigios.
Para nombrar un ejemplo, según un estudio de IBAER, cerca del 98.5% de las demandas judiciales contra aerolíneas norteamericanas en el mundo se producen en Brasil. El aumento de estos casos también es sorprendente; en 2017, hubo 42,000 casos. En 2022 los casos se multiplicaron por cuatro. Y si tenemos en cuenta que un caso legal en Brasil cuesta el equivalente a 17 boletos aéreos, podemos ver por qué este rubro tiene un impacto significativo en la estructura general de costos de las aerolíneas.
El sector de la aviación emplea a más de 140,000 trabajadores en Brasil, el 90% de los cuales tiene entre 25 y 64 años. Se trata de un sector que genera directa, indirecta e inducidamente bienestar socioeconómico para el país y que, tras más de cien años de historia, tiene un potencial aún impresionante.
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