A tres años del fatídico vuelo MH17 de Malaysia Airlines, operado con un avión Boeing 777 que fue derribado por un misil de fabricación rusa mientras sobrevolaba por el este de Ucrania, lo que provocó que se estrellara y con ello la muerte de las 298 personas a bordo, autoridades de los gobiernos involucrados, así como los familiares de las víctimas piden que se esclarezcan los hechos y se castigue a los culpables de este terrible suceso que conmocionó al mundo entero.
En el poblado de Vijfhuizen, en Holanda, país de donde despegó el B777 y lugar de procedencia de la mayoría de pasajeros en el vuelo, se llevó a cabo una emotiva ceremonia para dos mil familiares, en la que además se develó un monumento conmemorativo franqueado por 298 árboles, uno para honrar a cada víctima.
#KingdomNL commemorates the victims of #MH17 by opening a National Monument of 298 trees in the shape of a ribbon: https://t.co/YZFSh1i2gA pic.twitter.com/HF1gQyNlom
— Netherlands Embassy (@NLintheUSA) July 17, 2017
Asimismo, un grupo de unos quince dolientes se manifestaron ayer frente la embajada rusa en La Haya, para exigir a Moscú que proporcione toda la información sobre lo sucedido y deje de obstaculizar la investigación.
Como se sabe, Rusia ha bloqueado la creación de un tribunal internacional bajo el auspicio de la ONU para dictaminar el caso y juzgar a los causantes del derribo.
También es conocido que el disparo procedió de una lanzadera móvil «Buk» perteneciente al Ejército ruso, ubicada en un área controlada por rebeldes separatistas de Donetsk apoyados por el Kremlin, como resultó de las investigaciones del Equipo de Investigación Conjunto (JIT por sus siglas en inglés), compuesto por autoridades de Malasia, Holanda, Bélgica, Ucrania y Australia, que han estado procesando las evidencias para dar con quienes prepetraron el ataque.
Por su parte, el ministro de Transporte malasio, Liow Tiong Lai, emitió un comunicado en el que se comprometió a traer justicia a los deudos, y en donde también reconoció la decisión de los miembros del JIT de llevar el caso ante las cortes holandesas para que se dicte sentencia, aún sin la presencia física de los responsables.
Aunque la investigación sigue su curso, se dice que hay algunos testigos detenidos, así como que el JIT logró establecer quién era el jefe de la dotación de la lanzadera «Buk» y a qué destacamento del Ejército ruso pertenecía.
Algunas teorías indican que el derribo pareció deberse a una confusión de milicianos prorrusos, quienes identificaron al avión comercial como un transporte militar ucraniano.
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