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03/05/2024

Eventos traumáticos que afectan a trabajadores de la aviación

Pablo Chávez Meza / Viernes, 3 Noviembre 2023 - 01:00
El sistema debe tener personal que comprenda las vivencias y apoye al personal

La aviación es considera como el medio de transporte más seguro del mundo, sin embargo no está exenta de que presente problemas que pueden terminar en desgracia.

Para ello, es importante que el personal cuenta con una excelente capacitación para poder hacerle frente a las situaciones de riesgo que se presenten.

Ese fue el caso del capitán Waldo Sebastián Díaz Aguilar, piloto chileno, quien narró su vivencia al mando del vuelo 270 que volaba desde la ciudad de Concepción hacia la ciudad de Antofagasta, en Chile.

En ese vuelo iban 126 pasajeros, cuatro tripulantes y tres pilotos; al momento del despegue se presentó una falla de motor, provocada porque una liebre fue succionada por el motor de la aeronave.

Los antecedentes, ese día, el 27 de mayo de 2021, las condiciones meteorológicas no eran muy buenas, con una visibilidad de dos kilómetros con un techo de nubes cubierto entre los 200 y 400 pies; además de que la jefa de cabina -la sobrecargo en jefe- no se “sentía bien para volar”.

La falla de motor es un procedimiento que se practica, pero por la ingesta del animal los parámetros no se comportan como se vive en el simulador, aunado a los gritos de los pasajeros más las condiciones meteorológicas desfavorables.
El motor presentó fuego y eso, narró, provocó caos entre los pasajeros, mismos que no seguían las indicaciones de las sobrecargos, y sobre todo, cuando al jefa a cargo no se sentía bien.

“Sentí 126 personas en mi hombro, que traspasaron esa puerta blindada de la cabina; pues el avión presentó una fuerte vibración”, dijo.

Por ello, decidió regresar al aeropuerto, pero de manera instintiva e inmediata mandó un mensaje de calma a los pasajeros.

“Señores pasajeros, habla el capitán, tuvimos una falla de motor, la situación está controlada y estamos previendo el regreso a Concepción, lo que yo necesito es que ustedes mantengan la calma, escuchen a la tripulación de cabina porque todos los que estamos aquí somos equipo”, dijo.

Con este mensaje motivacional, logró recuperar el control de los pasajeros, al hacerlos sentir parte del equipo y prosiguió con el proceso de aterrizaje, que terminó bien,

Díaz Aguilar comentó que su equipo y él recibieron asistencia psicológica tras este percance, las cuales consistieron en dos entrevistas y luego menos de un mes, regresó a pilotear.

El piloto comentó que, tras esta experiencia, su sensación era un exceso de ansiedad, esto, aclaró, le pasó como pasajero, no como piloto. Esta sensación le duró entre 15 y 20 días, dijo.

En este tipo de eventos, expresó, no se permite titubear, no hay opción a desviarse y una vez que la situación ya está más controla, se tiene que recopilar la información que se tiene para ver cómo seguir con el proceso de emergencia.

La empresa me demanda el pago del avión

Por su parte, Luz Yaneth Molina, controladora de tránsito aéreo de Colombia, narró su experiencia con el vuelo 2933, de la chartera LaMia, donde el avión se estrelló minutos antes de llegar a su destino.

Este vuelo traía al equipo de futbol brasileño Chapecoense, mismo que disputaba la final de la Copa Sudamericana con el Atlético Nacional de Colombia de ese año; el resultado del accidente 71 personas muertas.
El vuelo salió del Aeropuerto Internacional de Viru Viru, en Bolivia y se dirigía al Aeropuerto Internacional José María Córdova, en Colombia.

Molina fue la controladora que tuvo a su cargo ese vuelo el 28 de noviembre de 2016, en un turno que no era el de ella y que lo hizo porque debía cumplir con una jornada de 12 horas por falta de personal.

Estaba atendiendo un vuelo de una aerolínea de bajo costo que había reportado falla por combustible, pero el vuelo 2933 no reportó que también ellos ya no tenían combustible, hasta minutos antes de comenzar el descenso rápido a tierra.

“Esa noche, la del accidente, no entendía porque esa tripulación mantuvo silencio, nunca dijo nada. Esa noche limpió el espacio aéreo y entrego mi posición, eso es uno de los protocolos que se tiene que hacer en Control de Tránsito Aéreo; a mi lado ya estaba una doctora a mi lado que me pregunto -¿Yaneth qué necesitas?- Le dije yo estoy bien”, expresó.

Al salir, dijo, llamó a su esposo y le dijo “se cayó un avión”; también habló con su mamá sobre el tema. Al día siguiente, al regresar al turno de la mañana, sin haber descansado, sus compañeros no le dirigieron palabra alguna; en su casa, se sentía mal, lloraba todo el tiempo.

A nivel personal, al tercer día comienzan las amenazas, debido a que creían que la culpa había sido de ella, el hostigamiento de los medios, la filtración de información; incluso, narró, como el padre del piloto la buscó, la abordó y le dijo “usted mató a mi hijo”.

Incluso, en una entrevista televisiva, la esposa del piloto dijo “Yaneth Molina es una asesina”, comentó.
Tras meses de investigación, la autoridad aeronáutica de Colombia confirmó que el accidente se debió a errores de la tripulación del vuelo y no a errores de la controladora.

Sin embargo, a pesar de que aún la investigación sigue, la controladora comentó que luego de un mes regresó a trabajar, pero sus compañeros no le hablaban, lo que demuestra que no hay capacidad para enfrentar problemas como éste.
Comentó que tras este accidente, aún falta atención al factor humano, se requieren recursos y herramientas a los controladores, que vean que les pasan como personas.

“Al día de hoy estoy acusada de homicidio culposo; el dueño del avión quiere que yo le pague su avión, dicen los medios de comunicación ´no vayan a Río Negro porque ahí van a encontrar a esa controladora que mató a toda esa gente´, todavía hoy”, expresó.

La controladora Colombia escribió un libro titulado “Yo también sobreviví”, en el cual presenta su visión de lo ocurrido en esa noche con ese vuelo.

Importancia de la psicología aeronáutica

Daniel Vargas Cutler, director general de la empresa de formación aérea, CUTVA Educación, quien fue la encargada de realizar este foro de Accidentes Aéreos, destacó la importancia de la psicología aeronáutica para enfrentar problemáticas como las narradas.

Indicó que este tema se tiene que fortalecer en la Medicina de la Aviación en México, para que ésta no quede sólo en una evaluación, sino que sea una sinergia entre psicólogos aeronáuticos, clínicos y organizacionales para reformar la parte psicológica.

El directivo dijo que se requiere de un psicólogo aeronáutico clínico que sea especializado, porque “la aviación si no la vives no la comprendes”, ya que la gente no entiende lo que siente el personal que labora en el sector.

Sentir turbulencias, enfrentarse a pasajeros disruptivos, la soledad que se siente en los hoteles cuando viajan, enfrentarse a uno mismo cuando se deja a la familia, eso, dijo, son elementos que no todos lo pueden entender.

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