Michael Bradley es un piloto británico que se encontraba de vacaciones con su familia, cuando tuvo que operar un vuelo de emergencia entre Manchester (Reino Unido) y Alicante (España), cuando el capitán original no llegó al viaje. Cabe señalar que Alicante era el destino vacacional de Bradley.
El piloto original no llegó a Manchester debido a que una falla en el control de tráfico aéreo en Francia, durante el fin de semana, afectó los vuelos de easyJet.
La esposa de Michael Bradley, preocupada porque el vuelo a Alicante se retrasara por razones desconocidas, le dijo a su esposo -a las tres de la mañana- que cargara su documentación y “sus buenos zapatos”, por si acaso.
Ya una vez en el aeropuerto, el piloto se comunicó con la aerolínea y les dijo que cargaba con su licencia e identificación, por si se necesitaba y que estaba listo para cualquier emergencia.
“Les dije que me gustaría mucho irme de vacaciones y si necesitaban un favor, estaba listo para irme; 38 segundos más tarde me devolvieron la llamada y me dijeron: ‘¡por favor, por favor, ¿Puedes volar el avión a Alicante?’”, comentó Bradley.
Los pasajeros a bordo se extrañaron cuando el hombre, vestido con ropa casual, no se dirigió a su asiento sino a la cabina. Posteriormente explicó a los viajeros que acababa de recibir permiso para volar el avión.
De acuerdo con la aerolínea, el capitán había tenido cuatro días libres y cuenta con sus identificaciones y licencias necesarias que garantizaron la seguridad del vuelo.
“Estamos agradecidos con uno de nuestros pilotos que viajaba de vacaciones de Manchester a Alicante el 2 de septiembre con su familia y se ofreció como voluntario para operar el vuelo”, señaló un portavoz de la aerolínea británica a medios locales.
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