Ayer China lanzó su satélite de detección remota Yaogan-30, desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, ubicado en el desierto de Gobi.
Dicho aparato será utilizado para experimentos, estudios topográficos, estimaciones del rendimiento de los cultivos y monitoreo de desastres naturales.
El satélite fue transportado por el cohete, Gran Marcha-2D, lanzadores que cumplieron su misión 227, familia que pronto tendrá su actualización con los Gran Marcha-7.
Esta nueva generación de cohetes chinos llegó a Wenchang, provincia sureña de Hainan, donde se realizará su primer lanzamiento a finales de junio.
El nuevo cohete es de tamaño medio y usa combustible líquido y tiene la capacidad de transportar una carga de hasta 13.5 toneladas a las órbitas bajas de la Tierra.
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