El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó en la Base Aérea de Santa Lucía la ceremonia para conmemorar el aniversario 104 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
En un desayuno ofrecido para los integrantes de esta institución, en presencia de Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, Olga Sánchez Cordero, secretaria de gobernación, Alejandro Gertz Manero, fiscal general y Alfonso Durazo, secretario de seguridad, así como invitados especiales, destacó la gran labor que realizan los elementos de la FAM en defensa de los intereses mexicanos.
Su origen se remonta a la época de la Revolución Mexicana en la que además de rifles, artillería y ferrocarriles, se utilizaron aviones.
En 1912, el entonces presidente Francisco I. Madero adquirió dos aeronaves que fueron utilizados para reconocimientos aéreos durante las campañas revolucionarias. Cabe destacar que Madero fue el primer presidente en el mundo en realizar un vuelo, el cual tuvo una duración de 12 minutos sobre el Valle de México y fue piloteado por el francés Geroge Dyot.
Un año más tarde, Victoriano Huerta inició pruebas de bombardeos aéreos y creó la Escuadrilla Aérea de la Milicia Auxiliar del Ejército. Por su parte, el General Venustiano Carranza, primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado de mantener el orden y derrocar a Huerta, se propuso formar una unidad aérea a la que llamó Flotilla Aérea Constitucionalista la cual estaba conformada por tres monoplanos.
De abril de 1914 a enero de 1915, la Flotilla Aérea Constitucionalista llevó a cabo misiones que determinaron el triunfo del Gobierno sobre los rebeldes, por lo que Carranza, ya en carácter de presidente, decretó el 5 de febrero de 1915 la creación del Arma de Aviación Militar.
Libérense las ordenes necesarias a efecto de que desde esta fecha, sea creada el Arma de Aviación Militar, dentro del Ejército Constitucionalista…”
Los siguientes años, la Fuerza Aérea contribuyó a sofocar las rebeliones de origen territorial, militar y religioso.
Posteriormente, el 10 de febrero de 1944 Manuel Ávila Camacho ordenó que el Arma de Aviación Militar se elevara a la categoría de Fuerza Aérea Mexicana (FAM), para así combatir durante la II Guerra Mundial después de que los buques petroleros mexicanos fueron derribados por submarinos alemanes.
Dentro de la FAM, se formó el Escuadrón 201 que participó en la liberación de las Filipinas durante la II Guerra Mundial, convirtiéndose en la única unidad militar mexicana en combatir, con honor y distinción, fuera del territorio nacional.
Dada la importante y amplia trayectoria de la aviación militar, en 1992 se instituyó el 10 de febrero como “Día de la Fuerza Aérea Mexicana”.
A pesar de que México es un país que no tiene enemigos naturales, la FAM tiene una participación activa en la lucha contra el narcotráfico, combate incendios forestales y misiones de apoyo con el transporte de víveres, medicinas, evacuación de heridos y damnificados. Además, coadyuva en forma solidaria durante la ejecución de misiones de ayuda humanitaria en otros países ante desastres naturales.
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