El pasado mes de septiembre, la ciudad de Quito fue el escenario del Alta Aviation Law Americas 2023, un espacio para discutir y analizar los desafíos aeropolíticos que enfrenta la industria de la aviación en la región.
Este evento contó con la participación de expertos que discutieron, entre otros temas, la infraestructura aeroportuaria, la sostenibilidad, regulación, ciberseguridad y el impacto positivo en la reducción de tasas aeroportuarias.
A pesar de ser nuestra región un destino con un gran número de llegadas de turistas internacionales, y que depende en gran medida del turismo para generar empleo, es desconcertante que en Colombia no se dé la importancia que merece a industrias claves como lo es la de la aviación. Pues es importante reconocer a las aerolíneas como ese eslabón en la cadena del turismo que contribuye al desarrollo de los países.
No sólo podemos hablar de Colombia ante el mundo por la belleza de sus paisajes, por sus distintas modalidades de turismo, como el médico, de congresos, de negocios, de diversión, sino, además, debemos ser referentes en la región como un país donde la inversión en la industria es sostenible financieramente, además de eficiente.
Las decisiones de carácter político están intrínsicamente ligadas al desarrollo y bienestar económico y social del país (caso colombiano). Hoy ya es hora de desarrollar una política aérea definida y coherente que esté alineada con los objetivos del gobierno, como en la actualidad bajo la nueva marca país, “Colombia, el país de la belleza”.
Esta estrategia del gobierno tiene como propósito impulsar el turismo, la inversión extranjera y las exportaciones no minero-energéticas. Sin embrago, surge la siguiente pregunta ¿estamos promoviendo la belleza de nuestro país? o, preguntarse si, es una belleza desincentivar la industria turística aumentando con más impuestos los tiquetes aéreos que en la actualidad rondan el 55%, belleza también es no controlar a los operadores turísticos informales que ahuyentan a los extranjeros, belleza la inseguridad jurídica para los potenciales inversionistas, belleza las decisiones de algunas autoridades gubernamentales que lo único que logran es desincentivar a las empresas, belleza también la falta de proporcionalidad en la imposición de sanciones y la última, la belleza de los precios del combustible que cada día aumentan más, no haciendo sostenibles las operaciones, ¿son estas las bellezas con las que se pretende el turismo e inversión? Pues, ¡qué belleza!
Como siempre he sostenido en estas columnas, el enfoque debe ser propositivo y en atención a lo manifestado en los anteriores cuestionamientos, es necesario plantear soluciones concretas que garanticen la prosperidad de la que tanto se habla en la actualidad, aumentando así la conectividad aérea y fortaleciendo la industria.
La implementación de acuerdos y alianzas con incentivos entre aerolíneas y gobierno para potencializar nuevas rutas y así la accesibilidad a estas con nuevos destinos, la inversión en infraestructura aeroportuaria, la reducción o eliminación del IVA para los tiquets aéreos, la implementación de regulaciones inteligentes que se adecuen al dinamismo de esta industria, el entendimiento de que el desarrollo del sector aeronáutico es desarrollo para el país, pues son innumerables sus actores, como el transporte público, hoteles, restaurantes, servicios, sitios de diversión. Estas sí serán las verdaderas bellezas que se esperan para el sector.
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