
En América Latina, países como Brasil y Argentina han destacado por sus avances en desarrollo espacial, mientras que México, a pesar de su potencial, aún tiene camino por recorrer. Si bien el desarrollo espacial en México no ha contado con los recursos de potencias como la NASA o la ESA, ha logrado hitos significativos con proyectos como la Misión Colmena, liderada por la UNAM o el AztechSat1 desarrollada por la UPAEP, con apoyo de la AEM y la NASA. En esta ocasión exploraremos los logros de México, el papel clave de sus universidades y las oportunidades para fortalecer su posición en el espacio, resaltando sus fortalezas y posibilidades futuras.
Avances de otros países en la región
Brasil y Argentina son ejemplos de progreso espacial en América Latina. Brasil lanzó el satélite Amazonia-1 en 2021, diseñado y construido localmente para monitorear la Amazonía, y cuenta con la base de lanzamiento de Alcântara, un activo estratégico. Argentina, por su parte, avanza con el Tronador II, un lanzador de satélites que refleja su apuesta por la independencia espacial y los satélites de observación de la Tierra SAOCOM 1A y 1B. Estos logros muestran cómo la inversión sostenida y metas claras impulsan el desarrollo espacial.
Paraguay: Un pequeño gigante con el Guaranisat-2
En contraste, Paraguay, un país con recursos más modestos, está emergiendo como un actor sorprendente en la región. La Agencia Espacial del Paraguay, AEP, ya celebró el éxito de su primer nanosatélite, el Guaranisat-1, lanzado en 2021, y ahora trabaja en su segundo proyecto: el Guaranisat-2. Este nanosatélite, desarrollado en colaboración con el Kyushu Institute of Technology, Kyutech, de Japón, será el primero diseñado y construido íntegramente en Paraguay, con un lanzamiento previsto para este año. La alianza con Japón ha sido clave, brindando capacitación a ingenieros paraguayos y apoyo técnico. Este esfuerzo demuestra cómo un país pequeño puede avanzar en la tecnología espacial mediante cooperación internacional y una visión clara.
La Misión Colmena: Un hito mexicano
Uno de los mayores logros del desarrollo espacial de México es la Misión Colmena, la primera misión lunar del país, liderada por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Este proyecto involucró el diseño de cinco microrobots, de 12 centímetros de diámetro y 56 gramos de peso, para operar autónomamente en la Luna. Lanzada en enero de 2024 a bordo de la nave Peregrine 1 de la empresa Astrobotic, la misión buscaba probar la coordinación de estos robots en la superficie lunar. Aunque una fuga de combustible impidió el alunizaje, los robots funcionaron en el espacio profundo y enviaron datos, marcando un éxito técnico para México. Con la participación de más de 250 estudiantes, este proyecto de bajo costo destaca la capacidad de innovación y colaboración entre el gobierno y las universidades mexicanas.
El potencial de las universidades mexicanas
Las universidades son un pilar fundamental para el desarrollo espacial en México. Además de la UNAM, que lideró la Misión Colmena, el Instituto Politécnico Nacional desarrolló, junto con otras instituciones de investigación como el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, B.C., CICESE, los nanosatélites Painani 1 y 2, un hito en el desarrolló espacial, por haber sido diseñados y construidos totalmente en México. También tenemos a la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, UPAEP, quien, junto con la NASA y la Agencia Espacial Mexicana, desarrolló el nanosatélite AztechSat-1, lanzado al espacio en 2020 desde la Estación Espacial Internacional, el primero de su tipo para México. Estos proyectos demuestran el talento de los estudiantes y académicos, así como el potencial de las instituciones educativas para impulsar la tecnología espacial. La formación de ingenieros y científicos en estas universidades es una fortaleza que México puede aprovechar para futuros proyectos.
La inversión en el sector espacial
El presupuesto que destina México a la investigación espacial es, por decir lo menos, modesto. A lo largo de su historia, la Agencia Espacial Mexicana, llegó a tener como máximo, menos de 10 millones de dólares al año. En comparación, Brasil invirtió más de 300 millones de dólares en 2020 en su programa espacial, financiando proyectos como el Amazonia-1. Esta disparidad resalta la necesidad de incrementar los recursos en México para competir a mayor escala, aunque sus logros actuales muestran una eficiencia notable con fondos limitados.
Recomendaciones para el futuro
Para fortalecer su programa espacial, México podría:
- Aumentar la inversión. Más recursos permitirían desarrollar tecnologías propias y misiones más ambiciosas.
- Definir metas claras. Proyectos como la Misión Colmena son un inicio; el siguiente paso podría ser un satélite lunar propio.
- Aprovechar el talento universitario. La colaboración con instituciones como la UNAM, el IPN, el CICESE y la UPAEP debe ampliarse para maximizar la innovación.
- Fomentar alianzas. Cooperar con otros países latinoamericanos o socios internacionales podría optimizar los recursos y el impacto.
El potencial sigue ahí
México ha mostrado su capacidad para innovar en el espacio con proyectos como la Misión Colmena, impulsados por el talento de sus universidades. Aunque su presupuesto es limitado, el país tiene una base sólida en su industria aeroespacial y formación académica. Incrementar la inversión y aprovechar estas fortalezas permitirá a México consolidarse como un líder espacial en América Latina, con lo que contribuirá al avance científico global.
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