La carrera por la utilización de los recursos espaciales ha comenzado, y con ella, la necesidad de contar con un marco legal internacional vinculante que rija estas actividades. Desde la perspectiva de un país emergente como México, la urgencia de este marco se hace aún más palpable. No se trata solo de una cuestión de equidad en la distribución de los beneficios, sino de la preservación sustentable del espacio ultraterrestre como un bien común de la humanidad.
La historia nos ha enseñado que el vacío legal puede conducir a conflictos y desigualdades. Por ejemplo, la fiebre del oro del siglo XIX, que, aunque trajo desarrollo, también trajo disputas y un ambiente devastador. Un marco legal para la gobernanza de las actividades de recursos espaciales debe evitar repetir estos errores, promoviendo una exploración y utilización responsable y sostenible.
Un país emergente, al no contar con la infraestructura y la tecnología de las potencias espaciales, podría verse marginado en esta nueva era. Sin embargo, un marco legal robusto y equitativo podría garantizar que todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo espacial, tengan voz y voto en la gestión de los recursos espaciales, con base en el fomento de la cooperación internacional.
La propuesta de un marco legal internacional no es solo una cuestión de justicia, sino también de visión a largo plazo. La regulación de las actividades espaciales debe considerar los impactos ambientales, la seguridad y la sostenibilidad, asegurando que el espacio siga siendo accesible y utilizable para las futuras generaciones.
En este sentido, el Grupo Internacional de Trabajo de La Haya sobre la Gobernanza de los Recursos Espaciales, organizado por la UNOOSA y en donde México participa, está realizando una labor crucial en la creación de un marco para la cooperación internacional y el diálogo en la exploración y utilización de recursos espaciales. Ahí, la Prof. Rosa Ma Ramírez de Arellano y Haro, Coordinadora General de Asuntos Internacionales y Seguridad en Materia Espacial de la Agencia Espacial Mexicana ha propuesto establecer las bases para futuros debates internacionales y la creación de un marco jurídico internacional que regule las actividades espaciales. Su esfuerzo es un paso significativo hacia la gestión sostenible y responsable del espacio ultraterrestre, para asegurar que su explotación beneficie a toda la humanidad y se realice con fines pacíficos.
Por lo anterior, la participación de México en la creación de un marco legal internacional para la gobernanza de las actividades de recursos espaciales es una necesidad urgente y una oportunidad para que los países emergentes participen en la definición de las reglas del juego en la Era Espacial. Sigamos insistiendo. Es una cuestión de equidad, sostenibilidad y visión de futuro.
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