El lanzamiento del StarShip, de SpaceX, el 20 de abril de 2023 fue un evento muy esperado en todo el mundo, pero lamentablemente no fue un éxito. La nave se desintegró en el aire y sus restos cayeron sobre el Golfo de México, dejando una gran cantidad de escombros en su camino. A pesar de esto, la actitud de Elon Musk, el CEO de Space X, fue admirable. En un comunicado posterior al lanzamiento, Musk aceptó la responsabilidad de lo ocurrido, señalando que había calculado mal y que había apresurado el lanzamiento. También mencionó que los datos recopilados serían útiles para mejorar los subsecuentes lanzamientos.
Esta actitud de honestidad y transparencia es crucial en el desarrollo científico y tecnológico. Desafortunadamente, no todas las empresas y países adoptan esta política. Hay muchos ejemplos de países que han ocultado errores en el desarrollo espacial, lo que ha tenido graves consecuencias.
Un ejemplo de falta de honestidad en el desarrollo espacial, se puede encontrar en el programa espacial soviético. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética buscó constantemente demostrar su superioridad tecnológica sobre los Estados Unidos. El 24 de octubre de 1960, los soviéticos pretendían lanzar el cohete R-16 con una carga militar desde la base de Baikonur. El cohete explotó durante las pruebas previas al lanzamiento, matando a muchos técnicos y científicos soviéticos. En lugar de aceptar la responsabilidad por el error, el gobierno soviético intentó encubrirlo, e incluso informó a los familiares de los fallecidos que estos habían muerto en un accidente aéreo, y a pesar de la magnitud del accidente, el gobierno soviético no lo reconoció sino hasta 1989. Este intento de encubrimiento tal vez llevó a más muertes y errores en el programa espacial soviético.
Por otro lado, la honestidad ha sido una parte integral del éxito del programa espacial de los Estados Unidos. El 28 de enero de 1986, la NASA experimentó uno de los peores desastres en la historia de la exploración espacial, cuando el transbordador espacial Challenger explotó poco después del despegue, matando a los siete tripulantes a bordo. En lugar de tratar de encubrir el error o culpar a alguien más, la NASA reconoció públicamente sus fallas y se comprometió a investigar lo ocurrido. Esta honestidad y transparencia permitió que la NASA aprendiera de los errores y mejorara sus procedimientos de seguridad, lo que eventualmente llevó al éxito del programa de transbordadores espaciales.
La honestidad es fundamental para el desarrollo espacial y, en general, para el éxito del desarrollo científico y tecnológico. La honestidad permite a los investigadores y desarrolladores de tecnología aprender de sus errores y mejorar sus procesos y productos. Al ser honestos sobre los problemas que enfrentan, los científicos y desarrolladores de tecnología pueden trabajar juntos para encontrar soluciones y avanzar en el desarrollo de nuevas tecnologías. Por otro lado, la falta de honestidad solo lleva a más problemas y errores, lo que a su vez puede tener graves consecuencias para la sociedad.
En el caso de Space X, la actitud honesta y transparente de Musk, en relación al fracaso del lanzamiento del StarShip, es una lección valiosa para la industria espacial y la sociedad en general. Aceptar los hechos, decir la verdad y aprender de los errores es la mejor política para avanzar en la ciencia, la tecnología y la innovación. Los errores son inevitables en cualquier proceso de desarrollo, pero la honestidad es una cualidad necesaria para superarlos y lograr el éxito a largo plazo.
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