
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) presentó el Programa Sectorial de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes 2025-2030 (PSICyT), en el cual establece una estrategia integral para consolidar un sistema de transporte aéreo seguro, eficiente, competitivo y sostenible, con énfasis en la conectividad regional y la sostenibilidad ambiental.
El titular de la dependencia, Jesús Antonio Esteva Medina, señaló que la aviación es un eje clave para la movilidad, la cohesión territorial y el desarrollo económico del país. Por ello, el programa propone inversiones estratégicas en infraestructura, nuevas políticas en materia de combustibles sostenibles y una reestructuración de las capacidades operativas del espacio aéreo nacional.
Según el documento, en 2024 el transporte aéreo nacional registró 2 millones 300 mil 368 operaciones atendidas por Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), lo que representó una disminución de 0.49% respecto al año anterior.
De acuerdo con cifras del INEGI, el sector movilizó ese mismo año 1.3 millones de toneladas de mercancías y casi 120 millones de pasajeros, aportando 4% al PIB del transporte y generando alrededor de 63 mil empleos directos.
El programa estima que hacia 2030 la tasa de crecimiento de operaciones aéreas alcance 2.30% anual, con base en el promedio observado entre 2018 y 2024, sustentado en factores económicos, proyecciones turísticas y la expansión del Sistema Aeroportuario Mexicano. No obstante, advierte la existencia de desequilibrios regionales, ya que la mayor parte de la inversión se concentra en aeropuertos concesionados y rentables: solo cinco terminales concentran el 64% del mercado nacional de pasajeros.
Entre los proyectos prioritarios destacan la ampliación de la Terminal 4 del Aeropuerto Internacional de Cancún, la remodelación de las terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y la construcción de nuevas instalaciones en Guadalajara, San José del Cabo, Tepic y Puerto Escondido.
Asimismo, se plantea la rehabilitación del Centro Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil y la modernización de la infraestructura tecnológica utilizada por SENEAM para la gestión del tránsito aéreo.
Otro de los ejes centrales es el impulso a los combustibles sostenibles de aviación (SAF). Aunque México aún carece de una estrategia nacional consolidada en la materia, el programa reconoce su alto potencial de producción a partir de residuos agrícolas, forestales y cultivos energéticos.
La SICT advirtió que el riesgo de no contar con bioturbosina baja en carbono entre 2027 y 2030 es que las aerolíneas con operaciones internacionales enfrenten pagos de compensaciones, restricciones operativas o dependencia de importaciones.
Para facilitar su incorporación, se proyecta la construcción de dos centros logísticos de mezcla y almacenamiento de SAF, uno en la Ciudad de México y otro en Cancún; además de mejoras en las instalaciones de almacenamiento de turbosina en Oaxaca, Querétaro, Ciudad Juárez y el Bajío. También se prevé la sustitución del turbosinoducto del AICM y la apertura de nuevas estaciones de servicio en aeropuertos turísticos del Pacífico.
El PSICyT 2025-2030 estructura este objetivo en dos estrategias principales. La primera busca ampliar y modernizar la infraestructura aeroportuaria, fortalecer los servicios de tránsito aéreo mediante nuevas tecnologías de comunicaciones, navegación y meteorología, mejorar el suministro de combustibles y digitalizar la información aeronáutica crítica.
La segunda propone actualizar el marco normativo y jurídico del transporte aéreo para fomentar una industria nacional competitiva, equitativa e inclusiva. En este ámbito, se incluye el fortalecimiento de los procesos de investigación de accidentes e incidentes graves, la firma de convenios interinstitucionales para mejorar la coordinación en búsqueda y rescate, y la revisión de la normativa nacional con base en estándares y prácticas recomendadas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Finalmente, el programa advierte sobre la alta concentración del tráfico aéreo en pocos aeropuertos y la falta de conectividad en regiones marginadas. Como respuesta, propone reorganizar la red aeroportuaria para aprovechar aeródromos subutilizados y fomentar rutas regionales, con el fin de garantizar que el transporte aéreo no sea únicamente un servicio comercial, sino también un derecho social vinculado al libre tránsito y la movilidad.
Con estas acciones, el Gobierno de México busca transformar la aviación en una palanca de desarrollo económico, cohesión territorial y transición energética, sentando las bases de un sistema aeroportuario más justo, resiliente y comprometido con la sostenibilidad global.







